Confederación y Juventud, justificación y sentido.
Carlos Subero “Son argumentos y razones a favor de este nuevo trabajo que estamos emprendiendo, con verdades como siempre”
Desde hace mucho tiempo, ansiaba con trabajar en una organización amplia, abierta; cuya naturaleza fuese versátil y multivalente. Después de que me retiré de Acción Democrática no tuve remordimientos ni sin sabores, bien sabía que mi etapa había terminado allí.
A pesar de que he tenido oportunidades de volver, inclusive en mejores posiciones que las que ostenté; no he querido hacerlo. La historia es cíclica, los procesos se repiten pero sólo eso, los procesos; los hechos del pasado quedan allá atrapados sin posibilidad alguna de replicarlos, para ello no hay mejor ejemplo que el que nos proporcionó hace dos mil y tantos años Zéneca con la dinámica observable del río.
Si yo quiero, como así lo siento, alcanzar el poder político en Venezuela no va a ser desde la tolda blanca; allí agoté mis horas y esfuerzos, allí dejé mi adolescencia y parte de mi adultez; estoy seguro que los partidos políticos tal como se configuraron en la segunda mitad de nuestro siglo XX venezolano, ya no volverán a regir los destinos de nuestro país; su modalidad clientelar y electorera no va a ser capaz de acabar con los acerados y perversos rojos ni mucho menos va a ser capaz de impulsar las grandes tareas nacionales que tenemos pendiente.
El ánimo colectivo Venezolano lo despierta y lo moviliza el arrojo, la sinceridad, el trabajo y la entrega; aquí los liderazgos tradicionales, al mal del grado de muchos no encuentran asidero, aquí no se atiende a las voces que salen del acuerdo, ni de los pactos, ni de los negociados; aquí en Venezuela cosecha el que siembra verdades y el que se atreve a pensar años más adelante.
Nuestra historia sí, está plagada de atraso y miseria; pero también está llena de avances y progreso fulgurantes. Un día escribí en un artículo, que nosotros agotábamos rápidamente nuestras etapas o procesos históricos, que no nos gustaba dar pasos cortos y consecuentes, sino saltos largos y temerarios. Esa arcada vamos a darla precisamente para salir de este atolladero tan parecido al siglo XIX nuestro y vamos a darla para saltar al XXII. Así hemos sido y así vamos a fenecer como República.
La ventaja de la organización que hoy dirijo es que está pensada con la cualidad y calidad de un pulpo; hace días alguien me hizo ver algo que no había observado hasta ahora y era que precisamente la única organización que había logrado derrotar a Chávez y sacarlo del poder había sido una confederación del mismo fenotipo y genotipo de la que hoy conduzco, la CTV.
Hoy, las limitaciones son superiores a nuestras capacidades, y sin embargo, hemos dado pasos agigantados hacia la consecución de nuestros objetivos. Estamos configurados para abrazar a un gran número de Venezolanos y destinados a ser recibidos por aquellos a quienes les interese el bienestar de estos sectores que siempre son los más agraviados por regímenes antidemocráticos como el que hoy vivimos. Los Jóvenes, los estudiantes y los trabajadores, son hoy, quienes más sufren con esta situación. Los militares y funcionarios son los que se benefician del saqueo oficial y generalizado.
A la sazón de este escrito las carencias materiales impiden nuestro accionar, y precisamente esta es la etapa en la que vamos a superar eso; la doctrina que practica el gobierno de agotar las fuerzas productivas de la nación y deprimir nuestra capacidad de trabajo y laboriosidad; llenando de importaciones y dólares regalados su sistema económico atenta contra toda posibilidad que nos planteemos de acrecentar nuestra capacidad material, pero no ignoramos que es el primer paso para aglutinar a las gentes que queremos sumar a nuestra causa.
La democracia cromática y consignera fue dada de baja en el campo de esta cruenta batalla; aquí las organizaciones que han sobrevivido han sido precisamente y valga la redundancia las que han sabido organizarse con estructuras meramente Stalinistas, no ignoramos tampoco el hecho de que hay otras organizaciones que gravitan a los realazos y eso también es válido si lo que se quiere es alcanzar el poder en Venezuela.
Nuestras intenciones son insertarnos en el sistema político nacional precisamente como una organización nacional, cuya fuerza abarque las tres regiones principales de nuestro país y cuya capacidad se exprese en trabajo por los sectores a los cuales nos debemos, en mejorar las condiciones de vida de quienes alimentan nuestro nombre y propósito.
Mi apatía política universitaria, que me mantuvo cerca de las bibliotecas y alejado de las toldas, fue precisamente porque no veía el sentido de prestar mi trabajo a organizaciones sectarias y practicantes de cultos personalistas y vacuos que aun hoy en día no tienen una visión clara y despejada del país que buscan, sino que viven por cuotas, viven por inmediateces, viven por vivir y nada más.
La juventud que milita en esos partidos, no gozan de la condición de tal, la juventud que milita allá tiene un grado de alienación tal que no se dan cuenta que sirven a propósitos que nada tienen que ver con sus responsabilidades generacionales y que si gozan de alguna prebenda o beneficio es en calidad de mendrugo o limosna.
Apartando la condición etaria de los jóvenes que militan en las toldas de oposición, puedo afirmar que son momias los que hacen vida en esos partidos; animados por victorias que no les pertenecen casi siempre logran enervarse en una manifestación pública y templan el verbo en reuniones privadas para demostrar el sonsonete de los viejos vencedores, más allá de eso, no han logrado vencer ni el más pequeño de los obstáculos y cada vez que el adversario se los demuestra caen en una inercia propia de la frustración que les genera sus consecuentes y continuas derrotas.
El pueblo venezolano les ha dado un respirito el 6D del 2015, y lo que han hecho con él en vez de oxigenar de nuevo su cerebro y sus pulmones, lo que han hecho ha sido malgastarlo en palabrerías inútiles y revanchismos bravucones.
No ha habido en mi generación ni en las aledañas, acciones propias y originales, todas son líneas que bajan los derroteros, todas son líneas que no benefician en nada a estos sectores que mi organización tiene la responsabilidad de cuidar y desarrollar.
Espero pronto tener el tiempo suficiente para versarme acerca de la historia y el desenvolvimiento de las confederaciones alrededor del mundo, tengo vagas referencias de una en China que llevó al poder a Mao y de otras en Europa que ascendieron al poder a varios líderes que dejaron huella en sus países. Poco se de experiencias en Latinoamérica pero de lo que si estoy seguro es que de todas las organizaciones que hoy hacen vida en el país esta es la única que está a tono con las metas generacionales y con el país del que vamos a disfrutar en el futuro.
Las únicas veces que han trepidado las bases de esta involución roja, ha sido porque alguno de estos sectores se han puesto en ejercicio de defender el sistema democrático que nos dimos los Venezolanos. En 2002 los trabajadores, en 2007 los estudiantes y en 2014 la juventud; y mi afirmación puede ser sometida al más acucioso historiador a ver si lo que digo es infundado o sobran argumentos que lo respaldan.
Si una organización como la nuestra lograra reunir estos sectores a nivel nacional y dotarlos de formación y capacidad de acción y movilización podríamos reunir los tres episodios antes mencionados y sería tanto como convertir esas tormentas aisladas en un huracán con posibilidad de ser direccionado con fines de lucro político.
La versatilidad de nuestro accionar va a ser indetenible pues ¿Quién no vence unas elecciones sino es con la juventud, con los trabajadores y con los estudiantes? Y ¿Quién no vencería una contienda popular sino es también con estos mismos sectores? El día en el que las armas se dispongan en contra de algunos de estos sectores, ese día, la turba de gentes enardecidas rebasaría el poder de fuego de cualquier pelotón, batallón o regimiento.
El pie de fuerza de nuestro ejército hoy confiscado y entregado a los más oscuros fines de actividades políticas, narcóticas y domésticas es muy reducido, si se le compara con el ejército de Colombia y mucho más con el del Brasil por hablar de países vecinos; ahora bien, ese ejército en número es ínfimo si se le compara con el pie de fuerza de los sectores que vamos a sumar a nuestra causa, la proporción sería de miles contra millones en cualquier terreno que se nos pretenda retar.
De allí el título de este escrito, la justificación verdadera que encuentro hoy en devotar todos mis esfuerzos en el impulso de esta organización es precisamente la de materializar el alcance del poder a mi generación y con él la posibilidad cierta de conducir los destinos de nuestro país hacia caminos democráticos y de prosperidad económica que permita privilegiar las condiciones de estos sectores que son el verdadero motor del proyecto progresista como el que vamos a empezar a construir, dónde contemplemos el desarrollo de fuerzas productivas y la participación del estado como garante del cumplimiento de la norma y protector del más débil o necesitado, es decir, un estado liberal con miras hacia la consecución del estado social de bienes y servicios compartidos que nuestros ojos no verán.
No vamos conquistar el favor de la gente sino es con trabajo y contacto directo; no vamos a sumar sino es con constancia y conocimientos, la dirección nacional de nuestra organización debe tener esa dualidad, pensamiento y acción para conducir el destino de nuestra organización y en un futuro el de nuestra nación.
Una organización que privilegie a estos sectores, es una organización destinada al éxito y la perpetuidad; una organización que mine con procedimientos celulares cada barrio, caserío, pueblo, urbanización, fábrica, escuela, liceo y universidad puede catapultar cualquier liderazgo serio que goce del reconocimiento de estos sectores. El poder económico y el militar tendrán que tomar en cuenta una fuerza de esta naturaleza y allí, imponerse será cuestión de soplar y hacer botellas.
Mi generación debe seguir los consejos kantianos del relevo y la separación del tutelaje; si seguimos dispuestos al aplauso y la adulancia para conquistar espacios y no nos disponemos a crear cosas nuevas y a errar cuantas veces sea necesario hasta llegar a la idoneidad de nuestros procederes, entonces nos gobernarán unas barbas blancas como hoy gobiernan en la Cuba deprimida y prostituida de Fidel, el sucesor de satán a por la administración del hades.
No es que yo sea rebelde ni erudito, debo confesar que yo también me emociono por el verbo encendido de Henry, a mí también me hierve la sangre cuando escucho “adelante a luchar milicianos”, yo también quisiera ver una avalancha blanca arrasando a su paso con el caos rojo, y quisiera que las dos siglas se planten firmen frente al desmán de hoy en día, anhelo un vengador que con su escudo, cual chapulín en el pecho, acabe de una vez por todas con esta pesadilla; pero estoy casi seguro que no va a pasar, más por el conocimiento de nuestra historia que por cualquier capacidad profética o esotérica.
El mejor favor que podemos devotar a los líderes fundadores de la nación democrática, es precisamente actuar en consecuencia a sus acciones; ellos, frente al despotismo y a la oficialidad que pretendía perpetuarse, torcieron la barra y crearon cosas nuevas e innovadoras que dieron al traste con los que pretendían eternizarse en el poder, ellos tuvieron el valor y el arrojo de apostar a lo incierto, de morder la manzana y tomar el camino empinado, ellos se adelantaron a su tiempo y lograron imponerse como generación, ellos barrieron el tutelaje y sustituyeron montoneras por partidos, sables por micrófonos, cartuchos por artículos, quejas por propuestas, ellos combatieron el atraso con progreso y saltaron con garrochas por encima de los que parecían obstáculos insalvables.
Con todo el viento a favor que ha tenido la barcaza de la oposición no han podido relevar del mando al nefasto de Maduro, eso es grave, puesto que al primer cambio de dirección del viento la oposición va a sumirse en el más largo de sus naufragios, yo no critico a quienes hoy tienen el timón de esa embarcación, por el contrario siento admiración por muchos de ellos, pero no son mis luchas, no hay puesto para mí ni para los similares a mí, en edad y en ideas.
La organización que estoy dirigiendo está en potencia, nuestro trabajo y persistencia la convertirá en acto, todas las ventajas de las cuales dispone va a ponernos en una situación privilegiada frente a quienes están hoy quemando sus cartuchos de bando y bando. Aquí cabemos todos, hoy y siempre.
@cgsubero
carlosgsubero@gmail.com
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