Hace un año y unos meses, algunos amigos políticos en el apogeo de la oposición venezolana y su poder público ganado legítimamente (AN) y perdido también de la misma forma; me tildaban de pesimista por asegurarles que no habría cambio de gobierno hasta dentro de varios años, y sugerí al menos una década. Entre mis argumentos esgrimí el movimiento de placas tectónicas que significaría el empoderamiento chino frente a la hegemonía norteamericana. palabras más palabras menos.
En mi último artículo de fecha 06/02/2017 Dollar Up, Hope Down, escribía que "no había mucho que pudiera hacerse en términos de política nacional hasta que las potencias y el orden mundial terminara por organizarse de nuevo" y hoy cuando vemos a Trump subiendo aranceles a productos chinos comercializados en EEUU, y a China pujando por mantener sus impuestos especiales a los productos norteaméricanos, entonces la frase afirmativa cobra fuerza y vigencia.
Esta guerra esta empezando sin un tiro, fría pero peligrosa así como la de EEUU y la URSS, entre sus estragos cuenta con pérdidas por el orden de los 60.000 Millones de $ (un poco más de 4 planes marshall) y amenaza con ascender a 200.000 Millones de $ si China (cultura milenaria y reconocida mundialmente por sonreir cuando traiciona) no tuerce su brazo. Además amenaza con afectar a granjeros norteamericanos, modificar resultados de elecciones al congreso en EEUU, arrojar millonarias pérdidas al canal de Panamá, afectar gravemente a mercados asiáticos intermedios como Korea del Sur, Vietnam, entre otros países que se benefician del puente comercial entre China y EEUU.
Comenzó en el 2018 una inminente guerra, que venía desde hacía algún tiempo vislumbrándose, en esta primera fase parece como una justa de pulso o vencidas, pero fácil pudiera transformarse en el empeyón de una gran guerra que pudiera irse calentando al ritmo de orgullos, inflexiones y bravuconadas.
En las teorías del desarrollo, esas que catalogan países en vías de..., desarrollados y sub-desarrollados, el mundo es entendido como Centros (Países Potencia) y Periferias (Países que de alguna forma dependen de los centros), desde esa óptica en el siglo XX era natural que toda Latinoamérica y el Caribe mirase hacia el principal centro más cercano (los EEUU), porque un mensaje entre enamorados podía tardar meses en cruzarse, porque la importación de alguna mercancía podía ser costosísima y tardar meses en llegar a su dueño, porque el ritmo del mundo era en cámara lenta si se compara con el mundo que vivimos en la segunda década del siglo XXI.
Desde en el momento en el que pudimos comunicarnos en tiempo real desde Venezuela con alguien en Australia, desde el instante en que pudimos abrazar a alguien vía Skype, y logramos importar productos con tan sólo un click vía web, desde ese momento el status quo de centros y periferias empezó a sufrir cambios abruptos y acelerados. En occidente este proceso es catalogado como Globalización, los izquierdistas latinoamericanos lo llaman el "Mundo Multipolar", lo cierto es que es el mismo proceso, con distintos nombres.
No hay elemento, institución, sustancia ni ente más democratizador que la tecnología, no hay instrumento más izquierdoso, comunista, popular e independentista que la tecnología, es liberadora y empodera a sociedades enteras en su omnipresente paso por la humanidad.
La tecnología nos permitió entonces quitarnos las gringolas que nos hacían ver sólo al norte, y empezamos a ver a otras latitudes con más o menos posibilidades de beneficiarnos como sociedad y como nación.
En esta nueva guerra fría Venezuela tiene la posibilidad cierta de asociarse con el centro o potencia que más le convenga políticamente a la élite que gobierna, Venezuela tiene la posibilidad de entrar en la dinámica "del amigo de mi enemigo...", la situación está de anteojo, Una Venezuela deprimida asediada por los intereses norteamericanos y por el bloque hegemónico que gobierna, una Venezuela que cada vez reafirma más su eterna condición de periferia dependiente, es una Venezuela que saldrá corriendo a los brazos de una China interesada en hacerle frente a los EEUU en su propio hemisferio y con abundante recursos.
Venezuela a partir de ahora va a entrar en la misma dinámica que entró la Cuba de Fidel y la disputa entre EEUU y la URSS, la dinámica de la "candelita". Fidel en ese conflicto pudo ganar para su reino, para su isla unos cientos de ladas, la instrucción formal de un cuerpo de espionaje y uno que otro beneficio irrisorio y cortoplacista.
Venezuela pudiera entonces, beneficiarse de la misma manera, quizás obtenga de china unos cientos de automóviles desechables, algunos electrodomésticos con lucecitas y periquitos, y equipos celulares de funcionalidades ilimitadas; más allá de eso, China ni la filiación absoluta a ningún centro representa para Venezuela una posibilidad cierta de desarrollo, estabilidad y crecimiento.
Convirtiéndonos en el secuaz de China en la región, nos arriesgamos a empezar a hacer objetivo directo de EEUU y sus amigos, y a sucumbir cuales segundones a un posible pacto chino con occidente que termine por arrojarnos depauperados al ostracismo comercial, diplomático y de todo orden.
El único beneficiado de esta alianza coyuntural es el gobierno que se dice asi mismo bolivariano, porque con esta maniobra ganaran botes de oxígenos a su régimen asediado, la ganancia es absolutamente política, y ahí, es donde esta nueva guerra fría es devastadora para la oposición venezolana consciente y que aspira a un país próspero y pujante, parecido a la Venezuela de principio de los años 1960.
Los partidos políticos venezolanos, deben parar todo acto a lo interno, toda marcha y volanteo, deben detener todo trabajo aldeano y pulir a sus activistas, prepararlos para una lucha internacional y diplómatica como la que libró Fortique y su papeleo en su afán por rescatar los restos calavéricos de la Venezuela que sobrevivió a las guerras de independencia.
El único trabajo que puede hacer la oposición venezolana en estos momentos, es salir de las fronteras bien sea físicamente o vía web para insertarse en la dinámica de la nueva guerra fría y tratar con adulancia a los centros de EEUU y sus amigos, conseguir algunos botes de oxígeno para sobrevivir a la nueva arremetida del régimen que va a cobrar fortaleza en su alianza con China y con las medidas impopulares recién implantadas en el país.
La nueva guerra fría va a ser determinante para el desenvolvimiento de la política nacional y dictará el destino de Venezuela, el enfrentamiento de China y EEUU, dirá si habrá Revolución Zuchista Bolivarianista Voluntarista por décadas o habrá cambio político beneficioso para Venezuela.
Carlos González Subero.
carlosgsubero@gmail.com
En mi último artículo de fecha 06/02/2017 Dollar Up, Hope Down, escribía que "no había mucho que pudiera hacerse en términos de política nacional hasta que las potencias y el orden mundial terminara por organizarse de nuevo" y hoy cuando vemos a Trump subiendo aranceles a productos chinos comercializados en EEUU, y a China pujando por mantener sus impuestos especiales a los productos norteaméricanos, entonces la frase afirmativa cobra fuerza y vigencia.
Esta guerra esta empezando sin un tiro, fría pero peligrosa así como la de EEUU y la URSS, entre sus estragos cuenta con pérdidas por el orden de los 60.000 Millones de $ (un poco más de 4 planes marshall) y amenaza con ascender a 200.000 Millones de $ si China (cultura milenaria y reconocida mundialmente por sonreir cuando traiciona) no tuerce su brazo. Además amenaza con afectar a granjeros norteamericanos, modificar resultados de elecciones al congreso en EEUU, arrojar millonarias pérdidas al canal de Panamá, afectar gravemente a mercados asiáticos intermedios como Korea del Sur, Vietnam, entre otros países que se benefician del puente comercial entre China y EEUU.
Comenzó en el 2018 una inminente guerra, que venía desde hacía algún tiempo vislumbrándose, en esta primera fase parece como una justa de pulso o vencidas, pero fácil pudiera transformarse en el empeyón de una gran guerra que pudiera irse calentando al ritmo de orgullos, inflexiones y bravuconadas.
En las teorías del desarrollo, esas que catalogan países en vías de..., desarrollados y sub-desarrollados, el mundo es entendido como Centros (Países Potencia) y Periferias (Países que de alguna forma dependen de los centros), desde esa óptica en el siglo XX era natural que toda Latinoamérica y el Caribe mirase hacia el principal centro más cercano (los EEUU), porque un mensaje entre enamorados podía tardar meses en cruzarse, porque la importación de alguna mercancía podía ser costosísima y tardar meses en llegar a su dueño, porque el ritmo del mundo era en cámara lenta si se compara con el mundo que vivimos en la segunda década del siglo XXI.
Desde en el momento en el que pudimos comunicarnos en tiempo real desde Venezuela con alguien en Australia, desde el instante en que pudimos abrazar a alguien vía Skype, y logramos importar productos con tan sólo un click vía web, desde ese momento el status quo de centros y periferias empezó a sufrir cambios abruptos y acelerados. En occidente este proceso es catalogado como Globalización, los izquierdistas latinoamericanos lo llaman el "Mundo Multipolar", lo cierto es que es el mismo proceso, con distintos nombres.
No hay elemento, institución, sustancia ni ente más democratizador que la tecnología, no hay instrumento más izquierdoso, comunista, popular e independentista que la tecnología, es liberadora y empodera a sociedades enteras en su omnipresente paso por la humanidad.
La tecnología nos permitió entonces quitarnos las gringolas que nos hacían ver sólo al norte, y empezamos a ver a otras latitudes con más o menos posibilidades de beneficiarnos como sociedad y como nación.
En esta nueva guerra fría Venezuela tiene la posibilidad cierta de asociarse con el centro o potencia que más le convenga políticamente a la élite que gobierna, Venezuela tiene la posibilidad de entrar en la dinámica "del amigo de mi enemigo...", la situación está de anteojo, Una Venezuela deprimida asediada por los intereses norteamericanos y por el bloque hegemónico que gobierna, una Venezuela que cada vez reafirma más su eterna condición de periferia dependiente, es una Venezuela que saldrá corriendo a los brazos de una China interesada en hacerle frente a los EEUU en su propio hemisferio y con abundante recursos.
Venezuela a partir de ahora va a entrar en la misma dinámica que entró la Cuba de Fidel y la disputa entre EEUU y la URSS, la dinámica de la "candelita". Fidel en ese conflicto pudo ganar para su reino, para su isla unos cientos de ladas, la instrucción formal de un cuerpo de espionaje y uno que otro beneficio irrisorio y cortoplacista.
Venezuela pudiera entonces, beneficiarse de la misma manera, quizás obtenga de china unos cientos de automóviles desechables, algunos electrodomésticos con lucecitas y periquitos, y equipos celulares de funcionalidades ilimitadas; más allá de eso, China ni la filiación absoluta a ningún centro representa para Venezuela una posibilidad cierta de desarrollo, estabilidad y crecimiento.
Convirtiéndonos en el secuaz de China en la región, nos arriesgamos a empezar a hacer objetivo directo de EEUU y sus amigos, y a sucumbir cuales segundones a un posible pacto chino con occidente que termine por arrojarnos depauperados al ostracismo comercial, diplomático y de todo orden.
El único beneficiado de esta alianza coyuntural es el gobierno que se dice asi mismo bolivariano, porque con esta maniobra ganaran botes de oxígenos a su régimen asediado, la ganancia es absolutamente política, y ahí, es donde esta nueva guerra fría es devastadora para la oposición venezolana consciente y que aspira a un país próspero y pujante, parecido a la Venezuela de principio de los años 1960.
Los partidos políticos venezolanos, deben parar todo acto a lo interno, toda marcha y volanteo, deben detener todo trabajo aldeano y pulir a sus activistas, prepararlos para una lucha internacional y diplómatica como la que libró Fortique y su papeleo en su afán por rescatar los restos calavéricos de la Venezuela que sobrevivió a las guerras de independencia.
El único trabajo que puede hacer la oposición venezolana en estos momentos, es salir de las fronteras bien sea físicamente o vía web para insertarse en la dinámica de la nueva guerra fría y tratar con adulancia a los centros de EEUU y sus amigos, conseguir algunos botes de oxígeno para sobrevivir a la nueva arremetida del régimen que va a cobrar fortaleza en su alianza con China y con las medidas impopulares recién implantadas en el país.
La nueva guerra fría va a ser determinante para el desenvolvimiento de la política nacional y dictará el destino de Venezuela, el enfrentamiento de China y EEUU, dirá si habrá Revolución Zuchista Bolivarianista Voluntarista por décadas o habrá cambio político beneficioso para Venezuela.
Carlos González Subero.
carlosgsubero@gmail.com
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