MÉXICO
AL BORDE DE VENEZUELA
Carlos Subero “Son
recomendaciones al sistema democrático mexicano”
México y
Venezuela, realidades semejantes.
En las universidades de buen nombre en
Venezuela, específicamente en las carreras sociales y humanísticas se debate
constantemente ¿Cómo fue posible un Chávez en la Venezuela que se creía
blindada del caudillismo y asentada sobre las bases de la democracia de
partidos?
El
tratamiento de este tema no deja de tener un viso nostálgico, como el novio que
se pregunta a sí mismo ¿Qué hice mal? ¿Por qué la perdí? El esfuerzo es el
mismo; buscar, identificar los sucesos, actitudes, condiciones, que permitieron
se desatara la catástrofe, que abrieron paso a la odisea que reporta la
soltería después de haber disfrutado de un amor estable o al desazón que
implica volver al caudillismo populista y antihumano después de haber gozado de
la paz y estabilidad que brinda el libre juego democrático.
Esos debates y reflexiones que aún recuerdo
de las clases en la universidad, quiero hacérselos llegar a los mexicanos, para
que cómo diría la abuela “ganen indulgencias con escapularios ajenos”, para que
se ahorren la terrible molestia de pasar por la desavenencias y estrecheces por las cuales pasamos hoy los
venezolanos.
Si algo es bien sabido en América y por qué
no en el mundo, es que no debe hablársele a los mexicanos de revoluciones, de
populismos, de sentimientos de patria soterrados y convertidos en barbarie; todas
sus revoluciones me llegaron de la mano de Antonio Aguilar: Zapata, Pancho
Villa, Carranza, Benito Juárez y cuantos otros que revivieron en las
entretenidas películas de tan brillante mexicano, hasta Benjamín Argumedo, El
Ojo de Vidrio y Domingo Blanco reflejaban la idiosincrasia heredada de los
españoles hijos de cruzados, tendientes siempre a la grandilocuencia y hazañas,
todo heroísmo que venga a perturbar la tranquilidad y estabilidad que no es
valorada en su justa medida de los sistemas de derecho y leyes.
Sé que las recomendaciones van a servir de
algo, o al menos no van a estar fuera de lugar; porque por experiencia creo que
no hay pueblos en toda América que se parezcan tanto como México y Venezuela, inclusive
a pesar de la distancia geográfica y relacional aparente, he logrado advertir
unas similitudes muy arraigadas; nuestras telenovelas son muy parecidas y por
eso Marjorie De Sousa anda protagonizando por allá con el gran Pedrito
Fernández, sus tortillas son nuestras arepas, los peñeros de Veracruz parecen
hermanos de los de Margarita y sus pescadores sin conocerse son los mismos; los
norteños parecen barineses y las fresas del DF son los sifrinos de Caracas, las
abuelas son las mismas querendonas, con Jesús bendito en la boca y la rezadera
de siempre, el taxista sin taxímetro calcula la tarifa dependiendo de la facha
de quién se monte, y se aprovecha del turista al igual que acá.
Aunque aún no conozco México, la amistad que
mantengo con mi amigo de Coahuila me ha hecho detenerme en Twitter cuando veo
una noticia sobre tan hermoso país, me ha hecho conocer más y me ha llevado al
punto en que ahora estoy, de pedirles por favor, no cometan los mismos errores
que nosotros.
Los
independientes y Los partidos… Mejor conocido que bueno por conocer.
Toda democracia necesita de independientes,
de personas que sin filiación a partidos políticos tengan intereses legítimos
de hacer algo desde el poder por su entorno o por su país si así lo desea y si
así se siente capacitado; el problema es cuando los independientes tratan de
ganar legitimidad condenando a otros factores políticos como son los partidos.
El cambio, desde que Adán piso esta tierra,
ha sido rentable; el cambio vende y más en política, el problema es cuando ese
cambio no tiene norte, cuando ese cambio no está tipificado, estructurado,
proyectado en el tiempo con metas inmediatas y mediatas; ahí el cambio es
peligroso.
En México, independiente que proponga cambio
sin decir cómo, cuándo ni por qué; que hable de cambio como quien habla del
clima en la parada de autobús, está poniendo en riesgo la estabilidad de la
república y por ende su discurso debe ser catalogado de populista.
Los partidos frente al discurso condenatorio
de los independientes deberían viralizar un discurso acerca de sus
propias bondades, no del PRI, ni del PAN ni del PRD sino del partido como
organización política en general, acerca de las bondades de la representatividad,
si algo es cierto es que los partidos son hasta ahora la única forma conocida del estado
moderno por medio de la cual una persona sin fortunas o fueros puede aspirar y
ascender al poder de manera legitima; los independientes no son escrutables
como los partidos; los independientes que propongan cambio sin brújula fiable son
dudosos, misteriosos y por tanto inescrutables, el partido es un mecanismo que
desnuda segundas intenciones, la misma dinámica partidista expulsa a los que no
comulguen con una línea establecida y conocida por todos que es bandera de la
organización.
En
Venezuela, éramos felices y no lo sabíamos.
Antes de la llegada de Chávez no todo era
color de rosa, había deficiencias, había rezagos y malas praxis pero había
respeto, había mesura y había comida; los llamados corruptos de nuestro antiguo
sistema democrático eran bebés de pecho si los comparamos con los que hoy hacen
del peculado una profesión visible y corriente en la revolución de Chávez; éramos
cómo el México de ahora, teníamos unos partidos sólidos y con legitimidad todos
los venezolanos así los opusiéramos los reconocíamos y si llegaba alguno al
poder eran respetados y acatados porque venían de las luchas y deliberaciones
democráticas.
Eran partidos con logotipos que reconocían
hasta los niños, con consignas de dominio público e himnos que inspiraban a sus
militantes, con sedes y estructuras establecidas; Acción Democrática y Copei, AD
era el PRI y Copei el PAN; de haber diferencia radicarán en los nombres y en
los logos, porque eran según he leído y por experiencia de haber militado en AD
de procederes y costumbres muy parecidas.
Hablo en pasado, porque a pesar de que AD arrastró
masas del 41 hasta el 98, a pesar de que Copei salió airoso en varios comicios
de la misma época, a pesar de que fueron los partidos que definieron la vida
política venezolana por más de 40 años ahora no quedan sino ruinas, ruinas
materiales y conceptuales, llegó Chávez.
Acción Democrática era un frenesí en la época
que reseño, Venezuela fue orientada por este partido y cuando ésta organización
se dividía por lides internas o ascendían a su dirección gentes sin tino, Copei
lograba capitalizar esas fallas y llegaba al poder; muchos criticaban, odiaban,
y aún lo siguen haciendo a este sistema, lo llamaron “La Guanábana” porque AD
ostentaba el color blanco y Copei el verde, que asemeja a la misma combinación
de colores de la fruta en cuestión; hoy los enemigos más férreos del sistema
que se desarrolló en Venezuela deben admitir que gracias a esos 40 años tuvimos
el desarrollo que hoy va mermando gracias a la revolución de la barbarie y el
despotismo.
Venezuela era entonces, dos partidos
políticos que disputaban el poder central, con otros partidos políticos
periféricos que disputaban diputaciones, empresarios, empresa petrolera, buenos
canales de televisión, cultura por doquier, turismo, carros americanos en su
mayoría, escuelas públicas y privadas, cinturones de miseria, pobreza, política
asistencial, poder descentralizado, campañas electorales, casos de corrupción;
la fotografía correspondía a cualquier democracia de partidos latinoamericana
¿El ideal? Casa, carro, perro, parrilla, buena educación para los hijos y si
Dios favorecía casa en la playa, nada comparado con los funcionarios de ahora
con bancos suizos y fortunas incalculables; el político más corrupto fabricaba
una casa de buenos cimientos en la naciente urbanización La Lagunita Country
Club, no propiedades en medio mundo como ahora.
El sistema tenía fallas, y por no
corregirlas, por no prestarles debida atención, por no renovar el sistema
democrático de partidos, por “estirar la arruga”, por posponer las cosas, por
hacerse de la vista gorda, vino un discurso caudillista, populista, mesiánico,
patriotero, que supo capitalizar el descontento que debió haber reducido el
propio sistema democrático.
Chávez ¿cómo
fue posible en la Venezuela democrática?
El discurso de Chávez fue en el 98, dual;
condenatorio y salvífico: condenaba a los partidos y los culpaba de todos los
males acumulados de la república y así atizó un fuego que tomó proporciones de
incendio forestal, el sentimiento anti partidos (todo lo que sonara a partido
político era digno de desprecio y condena) caló en las masas populares;
salvífico porque se mostró cómo el mesías, el superhombre venido del pueblo,
salido de las entrañas de la pobreza capaz de comprender al pueblo y luchar junto
a él para lograr la victoria popular.
Hoy 16 años después, el pueblo tiene menos
capacidad adquisitiva, cada vez más dependiente de un aparato estatal que
mantiene una economía desquiciada, que ha creado una estructura ineficiente e
insostenible de programas sociales que se desvanecen en corrupción y
paternalismo bochornoso, Venezuela hoy está siendo administrada como un feudo
depauperado de la edad media, con una visión aldeana de las cosas, la pobreza y
la hiperinflación ha llevado la inseguridad a niveles insoportables y el
control cambiario tiene a los venezolanos aislados del ritmo de vida mundial o
hemisférico, no sé qué hubiese hecho Zapata de no haber perecido en Chinameca
pero Chavéz sorteó cientos de dificultades antes de llegar al poder, discursó
una cosa y practicó otra aborrecible y muy distinta.
En
Latinoamérica, Democracia que se duerme se la lleva la corriente.
Lo que yo he descrito no es nada nuevo,
muchos teóricos han advertido que la democracia en Latinoamérica está siempre amenazada,
y si no cumple sus promesas está en “pico de zamuro”, frente al personalismo y
los liderazgos mesiánicos; Kennedy lo advirtió por allá en el 60 cuando impulsó
el Plan Marshall para Latinoamérica; llamado Alianza Para el Progreso, él sabía
que mientras hubiese pobreza en el hemisferio, mientras la democracia fuese
incapaz, mientras el sistema partidista en sus países vecinos fuese un juego
sin final feliz, no iba a pervivir el sistema
que trató de impulsar.
¿Cómo llegó Chávez al poder? Ya es un secreto
a voces, con ayuda de empresarios aventureros, con ayuda de los resentidos del
sistema de partidos, las voces más especuladoras dicen que con ayuda del
narcotráfico y la guerrilla colombiana, tenía labia y el dinero no le faltó porque
hasta los más conservadores se dejaron marear por tan oportuno discurso; Chávez
cómo describe Maquiavelo sedujo a la fortuna y la conquistó, porque los
gobernantes líderes de los partidos que describo descuidaron a su mujer y no
resolvieron los males que viciaban la relación que llevaba ya 40 años, bastó
con que Chávez le hablara palabras bonitas al oído para que ésta cayera rendida
a sus pies.
Las conclusiones a las que llegamos en la
universidad, fueron que los partidos no se renovaron, se anquilosaron, le
dieron la espalda a sus responsabilidades generacionales, se adormecieron en el
cómodo sofá del poder, subestimaron a los independientes, se relajaron al punto
de llegar a la inacción, tomaron la costumbre por divisa y no atendieron a las
voces del pueblo que pedía pan, tierra, trabajo y justicia; y éste por afán de
conseguir la felicidad en masa, reemplazaron un mal por otro inimaginablemente
peor.
Los 43, el sectarismo partidista, la falta de
respuestas eficientes al pueblo, las militarizaciones, las imposiciones, el
discurso alejado por millas de la práctica, la corrupción, la costumbres, la
pobreza, el acomodamiento en el poder, la fuga del Chapo, el poder del
narcotráfico en ascenso, es decir, la incapacidad del sistema democrático
mexicano por resolver sus propios problemas le está construyendo el trampolín
perfecto a un Chávez mexicano que salga de las entrañas del pueblo a culpar al
PRI y al PAN de todos los males que hoy acusan a México, que invoque los
espíritus de Zapata y Villa para legitimar su revolución cómo hizo Chávez
invocando a Bolívar, que despierte en los que hoy se sienten excluidos o que no
son escuchados, el resentimiento y la furia características de estos pueblos que
nacieron de españoles hidalgos y de indígenas guerreros; sólo hace falta un
canto de sirena para que los aventureros de oficio inviertan en ese canto y
saquen rentas inimaginables como estamos padeciendo hoy los Venezolanos.
¿Quién será en México quién cante? ¿Quiénes
serán los que inviertan? ¿El sistema democrático mexicano va a renovarse? ¿Va a
hacer esfuerzos por atender a los que hoy se sienten desatendidos? ¿Van a tomar
consejo? ¿Van a verse en nuestro espejo? ¿Van a botar por la borda todos los
años invertidos en democracia y estabilidad? ¿Cómo estarán el PRI y el PAN en
20 años? ¿Seguirán los pasos de AD y Copei? Dios y la Guadalupe iluminen a México
lindo y querido.
CarlosGSubero@gmail.com
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