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Papeles Universitarios. Mayo 2015.

Papeles Universitarios

Carlos Subero  “Es una crítica sostenida al sistema universitario mediante una selección de trabajos y apuntes durante mi estadía en la universidad metropolitana, ordenados cronológicamente y apoyados en citas de personalidades latinoamericanas,  hasta llegar al trabajo por el cual me denunciaron y por el cual la universidad me catalogó como “lesionador de la integridad universitaria”.

Algunas Precisiones Personales
Pocas personas sabían de esto, apenas mi familia más cercana, un buen amigo y yo estamos al tanto y mucho medité en escribir sobre ello; en mi casa la noticia no cayó bien y hasta ahora ha sido un secreto bien guardado, el que yo haya sido denunciado enturbia la tradición universitaria familiar que se ha graduado en tiempos récords y sin mayores inconvenientes; mamá no lo dice pero le incomoda sobremanera la noticia y me pidió que no comentara nada a ciertas personas que ella considera no deben saberlo.
Con este artículo decidí romper la promesa, porque como le dije a mamá no fui denunciado e invitado a salirme de la universidad por un hecho inmoral ni mucho menos por atentar contra los principios o buenas costumbres de esta sociedad universitaria, de hecho esa sanción es una bandera más que me inspira a seguir en este camino que decidí con plena autonomía y conciencia tomar, el más agreste y mal pagado de otros que pude haber elegido.
En pocas palabras no tengo nada de qué avergonzarme, vergüenza deberían sentir aquellos que se dieron a la tarea de montarme tan inesperada emboscada, y no exagero cuando la catalogo así; ¿Qué si me defendí? ¿Qué hice después? Aunque parezca insólito nada en lo absoluto, para cuando tomaron la decisión unilateral ya no era parte de la universidad, puesto que casualmente no había inscrito ese trimestre Enero-Marzo de 2015, para poder asistir al curso de la Escuela Latinoamericana de la Universidad Complutense de Madrid del cual recibí una beca de alojamiento y comidas que me dispuse a aprovechar, además del interés mío de conocer Buenos Aires.
En mi familia hay dos abogados, mi hermano y mi madre, los dos me ofrecieron sus servicios for free para pelear la situación y revertir la sanción, además de exigir disculpas por parte de la profesora y las autoridades universitarias involucradas en esta agresión en contra de mi persona, en mi casa se prendieron las alarmas y yo las apagué; discutí largo con mamá y con papá en la sala de nuestra casa y en horas de la noche la situación, presiones iban y venían, siempre con palabras de ánimo, ellos sintieron y estoy seguro de ello, la sanción más que yo, les dolió,  les afectó más que a mí y no podían entender mi displicencia y mi serenidad; no se lo explicaban.
Varias frases sentenciosas recuerdo que utilicé para convencerlos de dejar eso así, una de ellas extraída del léxico infinito y popular de la abuela “No sentí la patada sino el burro que me la dio” “déjalos, ellos son los que quedan mal” “No te preocupes mamá, ya veré dónde termino mi carrera” “Ya he pasado últimamente por cosas peores en esa universidad” “No perdimos el dinero viejo, de muchas cosas me sirvió la estadía ahí, créeme” “Tranquila mamá, salí con estilo” (por esta última frase recibí una pequeña palmada en mi cabeza, especie de lo que denominamos los Venezolanos coquito por parte de mi hermana mayor, que se encontraba escuchando todo) “Soy el hombre de las dificultades mamá” (Aquí terminaron mis frases sentenciosas con una frase de mamá del mismo corte “¡No seas ridículo!”).
En este ejercicio de sinceridad, debo confesar que nunca ignoré que yo era un personaje incómodo dentro de la universidad, desde mi ingreso; y esa incomodidad fue creciendo a medida que fui haciéndolo yo; mi manera de redactar muy típica desde el bachillerato, mis intervenciones en clases, mis apuestas constantes por vislumbrar ideas que no eran requeridas en las pruebas pero que sentía debía colocar para ser coherente conmigo mismo so pena de perder nota por ello; mis citas de personajes execrados de la universidad como Martí, Mariátegui, Gramsci, Rómulo Betancourt, Allende entre muchos otros, mi esfuerzo por demostrar independencia cognitiva; e inclusive, por qué no decirlo, durante el emprendimiento político que llevé a cabo en la universidad en 2014 y que describo en detalle en mi anterior escrito Crónicas de un Estudiante Inadvertido, siempre le recordé y reconocí a mis compañeros de lucha que “Yo no era representativo de la masa universitaria de la metropolitana” (La cual tiene unos rasgos muy particulares) palabras más palabras menos que mi color de piel iba a ser un obstáculo si me ponía yo al frente de nuestros planes y acciones, en todo momento lo consideré sin reservas ni complejos, pero nunca contemplé que esa incomodidad iba a materializarse algún día de manera tan clara y directa como sucedió.
El trabajo en cuestión lo he leído mil veces, fue el último que presenté como estudiante de la universidad metropolitana y es el que más me hace sentir orgulloso; es impecable, modestia aparte y no constituye en ningún momento un ataque personal o una predisposición hacia quien lo dirigí, para mí es el broche de oro que cierra un lustro sostenido de críticas al sistema universitario y para demostrarlo dedicaré estas páginas.

Advertencia al lector
La selección debo destacar fue cuidadosa y metódica, jamás imaginé estar en esta situación pero por alguna razón durante todo este tiempo guardé mis trabajos académicos, en físico y digitales, muchos de ellos tienen notas y comentarios de profesores, la ventaja de esto, es que en todos aparece fecha, nombre del profesor y tema a tratar;  me valdré de ello para demostrar que no fue un ataque personal como se intentó hacer ver en los juicios universitarios a los cuales fui invitado y no asistí por encontrarme en Buenos Aires haciendo el referido curso, pero de los cuales tuve un parte por tener allí una persona que me conoce y que sabe bien que soy incapaz de lesionar la integridad del recinto universitario, sino por el contrario fue el empellón final de una crítica que venía esgrimiendo de manera tímida.
El trabajo lo colocaré íntegro tal cual lo entregué a la profesora Nancy Requena quien fuera la demandante, incluso lo colocaré con unos errores de tipeo que no advertí al momento de la entrega para no perder detalle alguno, lo haré para que quien lea este escrito evalúe el trabajo y considere si era digno o no de ser denunciado e invitado a salir de mi casa de estudio, de la cual nunca planeé retirarme sin mi merecido reconocimiento.
El presente no sólo contemplará las citas de mis trabajos y apuntes sino irá acompañado de citas de autores que han criticado el sistema universitario y con los cuales coincido plenamente, eso quiere decir que como mis otros artículos necesariamente me extenderé en el tratamiento del tema; incluirá además la correspondencia por correo de las autoridades que me notificaron la denuncia, la solicitud de que asistiese al juicio universitario entre otras cuestiones. Trataré en la medida de lo posible de colocar dos o tres citas mías por año académico a partir de 2011 que es el año en el cual salí de la fase introductoria de la carrera y empecé a elaborar trabajos de un nivel de exigencia mayor, ello por hacer un esfuerzo y acotar en la medida de lo posible el escrito para hacerlo más digerible.

Vaya qué ironía
Se me sanciona a mí que tengo un record de horas continuas en la biblioteca de esa universidad y no en el cafetín o en la feria de comida como el 90% de los alumnos de la universidad, a mí que las únicas llamadas de atención que recibí eran las de la bibliotecaria por pasarme del plazo establecido para la entrega de los libros que me llevaba a casa, se me sanciona a mí que llevé al trote de la carrera un estudio personal de manera autodidacta e iba alimentando mis estudios universitarios con éstos otros, se me sanciona a mí que molestaba a profesores preguntándoles dudas personales que creía ellos podían resolverme, se me sanciona a mí que para estudiar para un examen me ahogaba en libros y fuentes primarias sin limitarme al internet o a la guía del profesor (a propósito de esto, recuerdo haber aplazado varias pruebas por quedarme prendado con algún libro que descubrí y haber descuido los pertinentes para el parcial), se me sanciona a mí que impulsé un proyecto concreto de reivindicación estudiantil y no promoví futbol-tenis, ni beer-pong, ni videojuegos, ni cervezadas ni todas esas estupideces que se vieron en la campaña estudiantil de un año tan grave como el 2014, se me sanciona a mí que he tenido por único vicio dentro de la universidad desviarme hacia la sala de humanidades dentro de  mi horario regular de clases mientras otros que conozco de vista y trato practican dentro de la universidad los vicios más despreciables como el consumo de drogas entre otros, se me sanciona a mí y aquí debo citar a Moderatto (2006) “Si mi delito es Rockear, me declaro culpable mi amor” por el delito de haber pensado un poco más, de haberme atrevido un tanto, de haber llamado las cosas por su nombre, de haber escrito verdades sin remedos.

Y a este punto no me queda sino citar a Galeano (1998) recién fallecido QEPD
El mundo al revés premia al revés: desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo. Sus maestros calumnian la naturaleza: la injusticia, dicen, es la ley natural.

Palabras a la medida que describen el hecho inefable de castigar a un alumno por pensar; según Lasalle decir verdad es hacer revolución, capaz no me he dado cuenta hasta ahora y soy un revolucionario en el buen sentido de tan abusada palabra, lo cierto es que la profesora a la cual dirigí mi trabajo despertó en mi el deseo de hablar claro de una vez por todas, su actitud de pedantería académica menospreciando en el salón todo lo que no concordase con su pensamiento cuadriculado y del pasado, defensora a ultranza de un status quo fracasado, de una democracia liberal que idealizó, de un imaginario venezolano que ella inventó, admiradora sin remedio de cuanto concepto haya sido engendrado o al menos bautizado en Norteamérica o Europa; ella representaba un desprecio profundo por lo nacional verdadero, y un desdén casi inveterado por la utopía, el sueño o la esperanza.

Juro que no albergaba ni lo hago ahora resentimiento alguno en su contra, de hecho para cuando inscribí la materia por segunda vez, porque la primera había aplazado por no asistir y dedicarme a las justas de ese febrero inolvidable, estaba emocionado; el recuerdo que tenía de ella para el momento de inscribir la materia era muy sentido; puesto que fue la profesora y hay testigos de ello, que me animó en plena clase a que materializara el plan que venía discutiendo con mis compañeros de clases, de tomar el poder y concientizar al estudiantado en las luchas de ese entonces; me dijo y hay quienes pueden corroborarlo “Lánzate, pásales por encima, que esos son unos inútiles, si se van a quedar de manos cruzadas, actúa, no lo pienses” refiriéndose al centro de estudiantes de entonces, además me dio razones de sobra para actuar, despotricando en plena clase y reitero hay testigos de ello, de las autoridades universitarias, el análisis que hacía en el momento era maravilloso, de cómo “Un reciclado de la Simón sin mayores méritos como Sharifker” había arribado al cargo de rector, de cómo el departamento de humanidades se encontraba bajo la tutela de unas “mujeres pasionales con formaciones escuálidas en artes y costura” y nombro a tanta gente de facultades, escuelas y departamentos, que ya se me han olvidado sus nombres y sus resúmenes biográficos, tanto así que apodamos después de esa clase a Nancy como “La profe revolucionaria” y contábamos con ella inclusive para que estuviese dentro de la comisión evaluadora de las elecciones estudiantiles.

Muchos de los compañeros que estábamos en esa clase de principios del 2014 deben recordar aquello que describo, descosió a todo el mundo, y nosotros lo tomamos como un signo de rebeldía y ello nos atrajo; inclusive, debo confesar acá que cuando recién comenzaba yo a dar clases en el colegio dónde trabajo, quién me orientó en la bibliografía para dar mi materia de sociología fue ella, recomendándome a Ely Chinoy y lo conseguí usado en la Marrón, y me contó en ese momento que precisamente ella se había animado a estudiar sociología por su profesor del bachillerato, además me animó felicitándome por mi primer trabajo formal, y me auguró éxitos.

Por ello me había emocionado al inscribir esa materia que había aplazado con ella; era una manera de reencontrarme varios meses después, había planeado incluso mostrarle algunos escritos míos y que me diera su opinión; había planeado invitarla un café en la universidad y contarle como devino todo después de que me aupó en mis planes aquella vez; pero desde un primer momento advertí un cambio de actitud para conmigo, fueron varias las señales que me dieron a entender que algo había cambiado; realmente no sé el motivo de su cambio, si fue porque le hablaron mal de mí, si ella vio mi desenvolvimiento y se  decepcionó o si le tiene fobia a los perdedores, porque en eso me convertí por lo momentos dentro de la universidad y frente a mis adversarios; las razones no las conozco pero enfiló baterías durante el trimestre para hacerme sentir mal e incómodo en clases con comentarios sugerentes y mal intencionados que iban hacia mí; citando a Torrealba y su cancionero popular que me llegó de la mano de Hugo Chávez “Yo soy como el espinito, que en la sabana florea, le doy aroma al que pasa y espino al que me menea”, en pocas palabras ella me pellizcó y yo venía ya con ganas de llorar.

En mi récord universitario siempre quedará su huella, un fatídico 05 precisamente en una materia que lleva por nombre “Sistema Político Venezolano”, vaya que paradoja, un sistema que siento, que he estudiado, al cual desde mis capacidades nada prominentes le he buscado soluciones, en el cual he participado activamente, un sistema que amo con todo y sus particularidades, que he aprendido a entender cada vez más, un sistema mal tratado, mal interpretado, un sistema del cual me sé hasta sus recovecos más impredecibles y sobre el cual me he atrevido a escribir en varias oportunidades, para regocijo de la profesora en cuestión, me duele esa nota y más en esa materia.

Ha sido lo mío, un esfuerzo sostenido, un descubrimiento de las pieles más profundas del estudio desinteresado, sin inmediateces, sin dobles intenciones, he advertido que la universidad son dos manos fuertes que te sujetan de las mejillas, que te sacuden con fuerza frente al letargo o a la somnolencia que produce la alienación en todas sus fases pero esa acción no es de gratis o al menos no muestra señales de desprendimiento, tiene un costo y es que en Venezuela y en la Latinoamérica toda, esas manos te sujetan con fuerza y elevan la mejilla del estudiantado para mirar hacia el norte o hacia Europa, y cuando se intenta mirar a otro lado se recibe de ellas una palmada suave que te hace corregir el rumbo de la mirada y si se insiste en voltear la mirada, y con convicción se logra  ver otras cosas, te reprenden con una fuerte cachetada, con una agresión que escarmiente a quién haya cometido la osadía de virar un tanto la mirada.

Tienen razón, sí lesioné la integridad universitaria
Es cierto ahora lo he entendido todo, si es cierto que he lesionado la integridad universitaria, lesioné la integridad de un sistema antiético, deshumanizado, volé el cerrojo de esa gran puerta que protege la fábrica mal llamada universidad, la fábrica de seres anquilosados, que prefieren vivir al día que vivir el día, conocedores del metro pero de ultramar, tan ajenos a la ciudad dónde viven, conocen todos los museos de Washington, de Madrid, de Miami pero desprecian Bellas Artes, o el de las ciencias; los más cultos se habrán jactado de visitar la Biblioteca del Congreso, pero la nacional ni de broma.

La capacidad o los méritos no son ya distintivos que enorgullezcan a nadie dentro del recinto universitario, el alumnado se distingue de otros y encuentra a sus pares no por afinidades a un área del conocimiento u otra, sino por las marcas: Apple, Hollister, Columbia, Toyota, Gopro, Polo, Vans entre otras son agentes asociativos que agrupan a estos sujetos ajenos a sí mismos y a la realidad que los circunda, el país no es sino uno cuantos islotes dónde no se ven los más, los feos, los resentidos y por tanto peligrosos: La Gran Sabana, algunas partes de Margarita, Algunos Clubes, El sitio nocturno de moda y el centro comercial (El que se halle más apartado de todo) en fin el mejor sitio para compartir es el virtual, allí sienten una libertad y un desenvolvimiento que no demuestran en persona, hay códigos y palabras ya universales entre estos seres enajenados que describo.

El párrafo anterior me hace susceptible de ser catalogado de “Resentido”, “Chavista”, “Sin Dientes”, “Chusma” en fin cuanto calificativo pueda generar este sector que sabe bien defender su mundo amurallado y lleno de blindajes y cámaras; se llenan de cosas materiales para después estar llenos de miedo, y por ello el estacionamiento de la universidad se encuentra infestado de escoltas y sobran los vehículos blindados, glosando a Galeano viven para el dinero y son tratados como dinero.

Gracias al derrame de mi obrero abuelo, al trabajo deslomado de mis padres y al mío propio, al metódico e incomparable trabajo privado que desempeñó la abuela; tuve en la universidad y tengo ahora la oportunidad de ser una valla ambulante, de sumarme al ya generalizado estilo de vida universitario dónde la biblioteca se visita en la víspera del más temido parcial y cualquier mesa sirve de plataforma para cuadrar la rumba del viernes,  me siento libre porque no he sido un hombre sin opciones, por el contrario y con humildad lo digo, las he tenido pocas pero las he tenido, y entre ellas he escogido la más humana y la que más me surte paz; la opción de hablar con verdades, de vivir mi ciudad, de ir al centro comercial pero también ir al Teresa Carreño, la opción de apreciar los acueductos de Segovia pero valorar también las escaleras del Calvario, la opción de visitar la Almudena pero condolerme por el mal estado que se encuentra Santa Capilla, he tenido la opción de apreciar una obra en el Cervantes de Buenos Aires pero también disfrutar una obra en el Municipal o el majestuoso Nacional, he ido a LeClub y al siguiente día me he levantado bien temprano a abordar a los camioneros que descargan la mercancía en Quinta Crespo para comprar las cosas más frescas y a mejores precios,  no desprecio lo propio Venezolano ni siento reticencia alguna por lo Latinoamericano por más que la universidad me lo sugirió y en ocasiones me obligó a sentir eso.

Es el sistema, no los profesores
No quiero hacer pagar aquí a justos por pecadores, en esta predica que pudiera sonar quejumbrosa, socialistoide, un tanto agresiva o incómoda por el tratamiento que le doy a la verdad que intento vislumbrar; porque a decir verdad la universidad venezolana y creo también la latinoamericana cuenta en su haber con profesores de alcances estelares, por suerte, he establecido amistad con muchos de ellos, con los cuales comparto mis escritos, los cuales me corrigen, me saludan, me animan, y me critican con sinceridad y cariño impar; profesores que han hecho un voto de pobreza cual San Francisco de Asís y le dedican horas hombre a este trabajo mal pagado y mal remunerado, sé lo hacen de manera desinteresada y preocupada por ayudar a la sociedad toda; los veo como gigantes, que se desprenden de cualquier ambición para con sus fueros alimentar la conciencia de muchos de nosotros, he tratado salvando las distancias de emularlos a ellos.
Embajadores que con su sabiduría y lo vivido podrían ir a reposar en sus logros ya obtenidos, pero van al aula a enseñar, y sin interés alguno en lo material repito, por lo ridículo de los sueldos que devengan los docentes universitarios; Investigadores, Escritores que bien podrían vivir de las regalías de sus trabajos, van con paciencia decimonónica a dar lecciones, a trabajar en las conciencias aún dormidas, y así muchos otros que dedican su vida a este trabajo desvalorado, silente y heroico; pero el sistema, el sistema, el sistema no permite materializar estas idealizaciones y esfuerzos sostenidos, el sistema debe reformarse.
En fin la universidad está fabricando seres virtuales, aislados, presos, y los pocos intelectuales que fabrica están ya tarifados, tienen un precio y dispuestos al servicio de un consorcio, empresa o medio de comunicación que sirve intereses foráneos, colocarse la bata blanca en la UCV son credenciales suficientes para emigrar a EEUU, Canadá, Australia o Europa; ser ingeniero prominente te habilita para trabajarle a Repsol, Petrobras o cuanta empresa petrolera se encuentre fuera del país,  las humanidades también por incomprensible que parezca tienen el mismo destino, ir al palacio de las academias a seguir allí arguyendo el status quo, o escribir artículos de pocas líneas, interesados, con patente de corso y halados por la inmediatez, la reflexión del hecho, del momento ¿Qué más puede hacerse? Todo cuanto implique servicio, todo cuanto implique tutelaje, todo cuanto contribuya al bienestar de cualquier parte del mundo menos de Venezuela o América Latina, todo cuanto te inserte en la escala de salarios y te vaya elevando cada vez más.

La universidad no forma para crear ni para producir, en fin no forma, tan sólo entrena para que te insertes en la carrera de los 100 metros planos, en la carrera de velocidad que implica la obtención del mayor número de bienes en la menor cantidad de tiempo ¿La meta? Carro del año, Tv de pantalla ancha, Casa con jardín, garaje, parrilla y perro ¿Quién lo logra? La mayoría muere en el intento, y por ello las mayorías en este sistema están frustradas y ante la insoportable realidad que acusa el “fracaso” viene todo cuanto pueda sustraer de esa insoportable situación: drogas, alcohol, delincuencia (para obtener por la vía rápida las promesas del capitalismo desbordado que ofrece a diario con la publicidad pero que niega también a diario en la realidad), en fin todo lo que pueda sustraer al hombre de sí mismo, de la fatídica realidad de no alcanzar el generalizado e idealizado “éxito”; en algún libro leí unas palabras de Rómulo después de haber sido presidente, dando unas palabras a universitarios en una casa de estudio de Europa, y les hacía el llamado preocupado de experimentar otras emociones y situaciones de la vida que fueran precisamente distintas a las que describo en este acápite, e insistía en que la vida consistía en algo más, que había emociones dignas de experimentar que no se relacionaban en nada con el concepto masificado de éxito.  

Yo no soy dado a las idealizaciones, a las utopías y siempre he creído que los sueños deben ir acompañados de factibilidad; por ello el problema que he descrito no lo veo irrealizable, ni creo que haya de emprenderse un proyecto de magnitudes galácticas para resolver el drama de la juventud alienada, de las conciencias empeñadas y de las metas mal planteadas; son problemas de posible solución, una buena política de estado, que oriente la opinión, que se ocupe de promover en nuestro país un cordón profiláctico (Betancourt R.), que no permita o al menos filtre el ataque agresivo de naciones interesadas en abrir mercados a ultranza en nuestro país sin importarles nuestra integridad cultural, social o económica; que se cree otra alternativa de vida más sana, más frugal, más comedida, más honesta, más humana, que desde el poder con austeridad se dé el ejemplo,  pero también más atractiva y llamativa, frente al concesionario repleto de vehículos de último modelo un sistema de transporte envidiable, de los mejores, que lleve puerta a puerta al ciudadano que debe darse cuenta que el transporte no es cosa particular sino necesidad pública, frente al centro comercial un centro de ocio y recreación bien atractivo, que permita el esparcimiento sano de la sociedad, que asocie a todos por igual, no un reducto de gentes pobres que van a parar un terraplén en ocasiones verde a vegetar, sino buenos centros que estimulen la convivencia sin mayores gastos y así de manera planificada el estímulo de una vida que mis abuelos bien me contaron que vivían.

El maquillaje de la verdad
Yo lesioné la integridad de la universidad, es una forma bien acomodada de decir que ataqué el status quo, sólo que como diría Galeano no está bien visto ante la opinión pública sancionar a un alumno por tal motivo, dejaría a la casa de estudio como intolerante, inquisidora, cerrada, susceptible y dada a la censura; suena mejor dejarme a mí algo así como un delincuente. Reza el siguiente extracto, cómo suele el sistema imperante maquillar las cosas como lo ha hecho en esta oportunidad mi antigua casa de estudio:

En la época victoriana, no se podían mencionar los pantalones en presencia de una señorita. Hoy por hoy, no queda bien decir ciertas cosas en presencia de la opinión pública:


El capitalismo luce el nombre artístico de economía de mercado;
El imperialismo se llama globalización;
Las víctimas del imperialismo se llaman países en vías de desarrollo, que es como llamar niños a los enanos;
El oportunismo se llama pragmatismo;
La traición se llama realismo;
Los pobres se llaman carentes, o carenciados, o personas de escasos recursos;
La expulsión de los niños pobres por el sistema educativo se conoce bajo el nombre de deserción escolar;
El derecho del patrón a despedir al obrero sin indemnización ni explicación se llama flexibilización del mercado laboral;
El lenguaje oficial reconoce los derechos de las mujeres, entre los derechos de las minorías, como si la mitad masculina de la humanidad fuera la mayoría;
En lugar de dictadura militar, se dice proceso;
Las torturas se llaman apremios ilegales, o también presiones físicas y psicológicas;
Cuando los ladrones son de buena familia, no son ladrones, sino cleptómanos;
El saqueo de los fondos públicos por los políticos corruptos responde al nombre de enriquecimiento ilícito;
Se llaman accidentes los crímenes que cometen los automóviles;
Para decir ciegos, se dice no videntes;
Un negro es un hombre de color;
Donde dice larga y penosa enfermedad, debe leerse cáncer o sida…

Debo agregar a tan humorística comparación de Galeano:
Dónde un alumno se dispone a hablar con la verdad dentro de su casa de estudio, se le llama lesionador de la integridad universitaria.
Y así puedo proseguir con tan acertada precisión de este Latinoamericano, expulsado de las universidades de “buen nombre de Latinoamérica”.  
¿Qué deseo yo de la universidad? Vendrá para ello Allende en mi auxilio:
Hoy, las universidades de la patria que se anticiparon en la inquietud de los sectores populares, tienen conciencia de que no puede haber universidades amorfas, universidades al margen del proceso social, tienen que ser, y serán, universidades comprometidas con los problemas del pueblo y con los cambios estructurales que el pueblo reclama; universidades cuyas experiencias científicas y cuyos avances tecnológicos tienen que estar íntimamente vinculados a los procesos  del desarrollo nacional en los campos regionales a lo largo de toda nuestra patria.

Coincido plenamente con su discurso, aunque quizás me hubiese ahorrado las palabras de “pueblo” “patria”, pero este esclarecido y mártir suramericano no analizó el problema universitario desde el punto de vista chileno sino latinoamericano todo, es un problema regional, y un gobierno venezolano debe ocuparse de ello. Debemos desprendernos de la lógica norteamericana, que ataca Libia por que según está subyugada por una dictadura inefable y dispone millones de dólares para ello, mientras en ese justo momento en el cuerno de África morían 500 personas diarias, víctimas de la sequía más infernal que azotaba esa zona en mucho tiempo ¡por un demonio! El dinero que se le pagó a los mercenarios, o el de los fusiles, o el de las armas químicas pudo haberse llevado en agua potable para esas gentes sedientas, morir de sed debe ser la peor tortura que puede existir para un humano. Debemos en las universidades de manera urgente aprender a establecer prioridades.

¿Qué hacen los ingenieros aprendiendo de losas y soportes para rascacielos o superestructuras en Venezuela? ¿Es momento de construir rascacielos? ¿O es momento de enfocar los esfuerzos en construir viviendas baratas, amigables con el ambiente, de materiales que puedan producirse en el país? ¿Es momento de tragarse la pesada novela del Dante? ¿Es justo que el niño que vive en la costa aragüeña de Chuao esté abatido por el calor de su aula “aprendiéndose” las cuatro leyes del lejano Newton? ¿O es preciso que se disponga a ver qué rayos hace con el cacao que le abunda cerca? Establezcamos prioridades en el sistema educativo venezolano y veremos avances como nunca los hemos visto.

Los trabajos escogidos

·         En Marzo de 2011, en un trabajo que solicitara la Profesora Beatriz Rodríguez, en su materia “Introducción a la Sociología” le señalé lo siguiente:
“Sin embargo, llama mi atención, desde mi condición de estudiante y mi casi total ignorancia en esta área tan compleja ¿Por qué en la enseñanza de estos conocimientos no cabría el análisis de personajes latinoamericanos? que si bien no han sintetizado una teoría tangible, han llevado empresas que han transformado una sociedad en su estructura y si bien no asentaron sus acciones en papel, los hechos fueron ostensibles y merecedores de análisis; digo esto porque contribuiría a una formación más nacionalista si se quiere, o más cerca de nuestras raíces que han echado frutos que han servido de ejemplo mundial”
A lo cual me colocó una nota estupenda, muy característica de una persona abierta, entusiasta, creyente y consciente como lo es mi tan querida profesora:
“Me has dado una idea para diseñar alguna materia especial, quizás “Pensamiento Sociológico Venezolano, Gracias y Suerte”
Hermoso su comentario, tomar en cuenta la opinión de un adolescente, sustraerse de pompas y rangos, bajar hasta dónde estaba yo y darme el valor agregado de sugerirme que podía modificar su formación y emprender algo por sugerencia mía.

·         En Abril de 2011, en un trabajo que solicitara el profesor Rogelio Pérez Perdomo, en la materia introducción al derecho, la cual cursé porque me atraía la idea de cursar las dos carreras conjuntas, expresé lo siguiente de manera textual:
“El estado debe proteger al más débil sí, pero para ello debe robustecerse para poder enfrentarse a los que abusan de su poder, en Venezuela no sobreviviría un sistema inglés jamás”
Contaba con 19 años, y con la ingenuidad propia de esa edad; me animé en dar mi opinión porque en el momento la creí oportuna, el profesor famoso por dar clases en Harvard 6 meses  y otros 6 meses en Venezuela, colocó en mi trabajo lo siguiente:
“Es un trabajo panfletario y demodé”, “Debes apoyarte en autores para expresar esas opiniones”
Me quedé con estudios liberales nada más por advertir cierta rigidez en los estudios de derecho y quienes los dictaban.

·         En Abril de 2012 en una clase magistral (Por condición y Halago) de Omar Noria apunté en un cuaderno de manera rápida y casi inelegible lo siguiente:
“Plastón (Copio de manera textual, ese sobrenombre que puse de manera humorística y un tanto falta de respeto para con un personaje tan grande como éste) diría que la virtud debe ser la divisa de quién se disponga a Gobernar a Venezuela y Maquiavelo el cálculo”
En todas sus clases trataba de colocar notas que relacionasen esos contenidos de teoría política clásica con la situación en Venezuela, él lo hacía fácil porque siempre nos facilitaba ejemplos con su esclarecido, impecable y lectivo discurso.

·         En Mayo de 2012 en otra de sus clases, coloqué en un trabajo lo que sigue:
“Diría yo como un agregado filosófico volvemos al infinito con Platón cada vez que en un aula discutimos y ponemos en la mesa ideas que se suponen hoy deberían estar claras y entendidas como justicia, libertad, entre muchas otras.”
Recibí de su parte un comentario que aprecio hasta hoy en día “Buen intento Carlos. Aprecio tu esfuerzo intelectual. Hay palabras que escribes incorrectamente. Insistiría en que busques palabras más corrientes del lenguaje”
Lo tomé como debía tomarlo, con humildad y he tratado sin mucho éxito seguir su consejo que sé fue de buena fe y con preocupación por mi crecimiento académico.

·         En Enero 2013 en una clase del eminente filósofo distinguido profesor Rafael Acosta, coloqué lo siguiente:
“Me he permitido esta licencia, porque como hemos insistido en clases de filosofía, es el reino de la libertad, y aun cuando la rigurosidad académica me indica que debo hablar del texto de Pablo Martínez, me siento también en la obligación de aportar esto que he planteado”
No me colocó ningún comentario, pero estampó un 20 que me sugirió compartía mi opinión; además de su trato cercano que siempre nos animaba a hablar sin posturas, debo confesar que el párrafo que excusé con esa frase, era demás de enredado y rebuscado, hoy tiempo después no entiendo lo que quise decir en él.

·         En Octubre 2013, en otra de sus materias expresé lo siguiente en un ensayo que solicitó:
“En mi opinión, la postmodernidad es un cuchillo tan dúctil que no puede penetrar la fruta hasta llegar a su semilla, y que de intentarlo se rompería, entonces se entretiene pelando la fruta y hurgando en su capas más superficiales, incapaz de llegar a lo concreto” 
Me respondió con el acostumbrado 20, sugiriéndome al igual que en ocasiones pasadas su total agrado, un hombre de pocas palabras, igualmente admirable.

·         En Noviembre 2013, le colocaba en un trabajo a Guillermo Aveledo Jr. lo siguiente:
“Un estado fuerte en el arbitrio y débil en la injerencia era imposible en la Venezuela de entonces, y no lo digo yo, aunque bien podría decirlo, lo dice el mismo Fermín Toro, el cual está más acreditado para responder este trabajo, cuando dice que el estado debe necesariamente encargarse de la economía, de la política y debe proteger al débil de los excesos del fuerte”
Al lado de la frase me respondió y de manera casi inelegible ¿Acaso no está más acreditado?, fue un molestia que supe disfrazar dentro del parcial, antes del mismo nos advirtió hasta el cansancio que no le interesaba leer allí nuestra opinión, tan sólo la de los personajes en cuestión.
Me colocó 16, 4 puntos menos por la afrenta de que un pardo sin fueros cuestionase los créditos de tan reconocido blanco criollo; lo asumí así por sus repetidas precisiones raciales en la materia Pensamiento Político-Económico de Venezuela.

·         En noviembre de ese mismo año, realizaba yo un trabajo de mi gran profesor Fernando Gerbasi, en el cual le colocaba lo siguiente:
“De ello estaba consciente Rómulo Betancourt, con la misma perspicacia que advirtió en su juventud, en los años 30, que a la sociedad Venezolana le hacía falta organización, en los años de exilio advirtió que la política Venezolana era condicionada sin dudas por el petróleo, así había advertido que la democracia Venezolana se encontraba seriamente amenazada por facciones internas, pero que podían cobrar mayor fuerza por las amenazas externas que financiaban y apoyaban con actitud injerente, contraviniendo normas del acta constitutiva de la OEA”

Me colocó un 20, y al entregarme en parcial con una sonrisa me dijo “Ya vi que eres Adeco”, a lo cual le respondí: “era profe, pero algo queda”. A partir de allí establecimos una buena amistad hasta hoy en día, admirable persona que teniendo de verdad con qué marcar distancia, no lo hace sino que se muestra cercano y abierto.

Así hay muchísimos trabajos más de los cuales recibí buenas y malas críticas, pero que no coloco por respeto a mis escasos lectores y a su capacidad de aguante al revisar mis extensos escritos llenos de anécdotas personales; coloqué los que creí más pertinente para demostrar que el siguiente trabajo no fue un arranque de rabieta personal, ni nada parecido, sino fue un trabajo en el cual decidí hablar algo con sinceridad que antes venía sugiriendo de manera tímida, con estas selecciones demuestro que fui realmente coherente conmigo mismo, en 5 años de carrera, y que voy a seguirlo siendo.


El trabajo en cuestión
A continuación textual y de manera concreta el trabajo sancionado, no apto para cardíacos ni para personas susceptibles a la verdad, favor leer con discreción y sin la presencia de niños sin sus padres o representantes:


 
FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA DE ESTUDIOS LIBERALES
SISTEMA POLÍTICO VENEZOLANO
PROFA. NANCY REQUENA

NOMBRE: CARLOS GONZÁLEZ SUBERO
NRO. CARNET: 20101110121            

ADVERTENCIA AL LECTOR:
“No son opiniones expresadas en una reunión de cafetería” no puedo hacerme de la vista gorda frente a esta frase tan pedante e irresponsable y más viniendo de un profesor universitario; es desestimar de entrada y sin reparos el valor agregado que un estudiante pudiese darle al trabajo con conocimientos propios y rectas opiniones que tanto hacen falta en el tratamiento de los temas venezolanos actualmente.
Si no se puede opinar, cabe la pregunta ¿Para qué diablos estamos estudiando? Si nuestra opinión no genera o aporta valor a un trabajo académico.
El conocimiento teórico que deberíamos adquirir en su materia está mal seleccionado, son reflexiones o fuentes bien alejadas del SISTEMA POLÍTICO VENEZOLANO. Las pamplinadas de Almond y Powell no van a responder mejor que un estudiante venezolano a la hora de analizar el sistema político.

El llamado repetido a la COHERENCIA es una ofensa más que se vislumbra en las instrucciones de este morboso parcial; el llamado se hace suponiendo que nosotros sus estudiantes somos dados a escribir incoherencias; por ello voy a atender al llamado y voy a ser coherente pero conmigo mismo no con las parrafadas  de la costosa guía y los libros que tuve que comprar pero que nunca leí por el currículum de sus autores y por la desazón y el desinterés tremendo que me inoculó la forma en la que usted da su materia: bien primaria, tutelada, cuadriculada, propia de escuelita de pueblo, dónde el único criterio meritorio es el del maestro que fue a formarse a la capital frente a la masa ignara de sus estudiantes.
No puedo responder este parcial apoyándome en las muletas importadas de estos autores, no puedo responder estas preguntas tan sensibles para mí, apoyado en el criterio tarifado de Juan Carlos Rey, el doctor. Me niego porque voy a ser coherente conmigo mismo, si las universidades venezolanas están dispuestas a seguir fabricando empleados borregos, yo no me voy a prestar para esa mal formación del sistema. Lo que más me indigna es que usted con el mayor de los desparpajos reconoce esta situación cuando hace el llamado a la coherencia y cuando nos manda a ceñirnos al conocimiento prefabricado porque advierte que el conocimiento propio no es suficiente para enfrentar una situación difícil como la que promueve su parcial.
Entiendo también que el hecho de que varios estudiantes aplacemos su materia le produce un gozo enorme y refuerza su concepto monacal de la educación; para usted mientras más aplazados mejor educadora es, y más créditos le da frente a sus superiores y a fines; el hecho de hacerle ver al estudiante que es un incapaz y que no está apto para sortear el difícil obstáculo que usted representa debe ser una satisfacción excitante.
Lo cierto es que esa especialidad que pretende adjudicarse no es sino una falla en el sistema universitario venezolano; plagado de nortecentrismo, eurocentrismo, falta de promoción de la autonomía del pensamiento, desvenezolanización del conocimiento, desprecio profundo por el conocimiento original y macerado en las aulas, es una falla que debe revisarse y corregirse, expulsando a profesores y autoridades que le hacen un daño terrible al sistema educativo venezolano.
Viene al caso un ejemplo reciente y bien ilustrador, febrero 2014 en Venezuela, dónde la “Voz Sensata” de Capriles como usted le llamo, alienó el pensamiento de los estudiantes universitarios o de los dirigentes al menos; éstos tuvieron que empeñar su cerebro al partido o líder más próximo para poder pensar y actuar, mientras que lo correcto hubiese sido que la universidad hubiese parido desde su interioridad en una sinergia de profesores y alumnos: soluciones propias, universitarias, académicas, pero ¿Cómo iba a hacerlo? Si no somos capaces sino de citar y hablar apoyados en conocimientos ajenos a nosotros, estamos acostumbrados a ser unos viles compiladores de conocimientos importados.
He allí la ventaja del régimen de gobierno actual frente a nosotros, sí es cierto su proyecto es un disparate teórico y práctico, pero es un disparate sui generis original que se yergue más sólido que el débil conocimiento importado ajeno de los universitarios que deben salir corriendo después de titulado al norte o a europa a seguir haciendo lo que hemos venido haciendo en nuestra casa de estudio, sirviendo al conocimiento foráneo.
Voy a disponerme a responder el parcial, voy a responderlo con los conocimientos que he adquirido hasta ahora, no con sus lecturas que ya confesé no me leí; la cultura no se improvisa y el que no me haya leído esas parrafadas no me hace incapaz de responder este enrevesado parcial.
Respuesta 1.
Relacionar el estado de bienestar que generaron las incipientes democracias latinoamericanas con el pensamiento Keynesiano, es un atrevimiento, porque este pensamiento se refiere más a democracias de orden social que de orden liberal; si se observan democracias como las brasileras o la vuelta democrática uruguaya influenciadas por el “consenso de Washington” esa afirmación pierde vigor, sin embargo, partiendo de esa débil afirmación podemos decir que ciertamente la democracia tiene unos prerrequisitos para su instauración.
El gobierno democrático se concibe nacido de una deliberación colectiva dónde necesariamente hubo promesas y proyectos, además se haya comprometido por la idea de hacer cumplir los acuerdos suscritos en el pacto social llamado constitución, para poder cumplir con todo esto se necesita disponer de unos medios, económicos que permitan materializar todas las promesas del orden democrático, si una nación se halla sumida en la pobreza y la inestabilidad económica es una realidad imperante, entonces el sistema democrático no puede cumplir con sus promesas, entonces se hace ilegitimo, débil y por ende susceptible frente a promesas mesiánicas de orden autoritario.
Este problema fue advertido por Latinoamérica e incluso por los Estados Unidos, la Alianza para el Progreso trató sin éxito de promover un desarrollo en todo el hemisferio precisamente para que pudiera pervivir el sistema democrático en Latinoamérica; ese mega crédito continental pretendía desarrollar a los países al estilo del Plan Marshall, y erradicar la pobreza y la inestabilidad económica para que la democracia como sistema pudiese ser una realidad permanente en todo el hemisferio.
Respuesta 2.
Juan Carlos, el doctor; no ha revisado bien la historia de Venezuela, se ve que sus argumentos son propios de una persona que ostenta un conocimiento que deriva de lecturas incompletas o mal escogidas; debe leerse en orden los copiosos tomos de Francisco González Guinán, o los apuntes de historia colonial de Iragorry, o un compendio de historia de Venezuela completa y conexa, no esos preceptos capsulados que hacen de su entrevista un disparate. Voy a tratar y espero esa sea la intención del planteamiento, de ayudar a Juan Carlos Rey a mejorar su intervención, de maquillarla a fines de hacerla ascender a un nivel más académico.
Rómulo Betancourt, efectivamente sí era un caudillo, la pipa en ristre y el sombrero gardeliano, no era sino un elemento diferenciador de los líderes de aquel entonces, él advirtió la necesidad de establecer una conexión especial con su pueblo, la oratoria plagada de adjetivos y los recursos populares que éste utilizaba no eran sino intentos permanentes por identificarse con el pueblo venezolano y éste entendió el mensaje y el llamado folklórico que hacía Rómulo día a día.
Como diría Martí, (hombre execrado de la academia venezolana, quizás por encontrar mayores beneficios en Powell y Almond, en algún Harvardriano de tesis doctorales made in USA (válgame el anglicismo)) un verdadero líder debe estar a la altura de su tiempo y a la altura de su pueblo, Rómulo lo advirtió, aun y cuando sabía que a Venezuela le hacía falta un proceso de institucionalización y despersonalización del poder, también sabía con su cabal conocimiento del pueblo Venezolano que sólo siendo un caudillo podía lograrlo, un caudillo que promueva la despersonalización del poder.
Lo que hay que explicarle a Rey, es que una republica no es, lo que debió haber sido ni lo que debería de ser, es lo que es, y de lo contrario Platón y su república; un político y un teórico político debe disponerse a trabajar con la realidad y buscarle soluciones, el presidencialismo y la personalización del poder es parte de la genética republicana; desde los tiempos de Isabel y Fernando, desde el cacicato de Baruta o Guacaipuro siempre en estos territorios se ha atendido al liderazgo personal, representativo, carismático, tratar de cambiar esto es tanto así como convencer a los británicos de que su sistema apoyado en las cámaras de lores y comunes no está bien y deben tornar su sistema al personalismo y presidencialismo. Basta ya de importaciones, el personalismo no es malo si se sabe llevar, es una realidad en Venezuela, sino pregúntesele a Vargas, a Urbaneja, a Manuel Antonio Matos, a Uslar, pregúntesele a Caldera, a Fermín o Salas, si no es una realidad en Venezuela.
Pasarán mil años y seguirá Capriles con sus tratados y panfletos esperando a la transformación ciudadana producto de un cambio de conciencia (cuestión ésta que no procura él) promovido por el misionerismo al mejor estilo de los testigos de Jehová y no va a lograrlo, estas actitudes no son sino falta de conocimiento del pueblo Venezolano, falta de estudio, flojera. La actitud de algunos académicos nostálgicos que añoran una vuelta a la institucionalidad por métodos democráticos y cambios civiles de conciencia es una actitud irresponsable, producto de una edad de oro idealizada que no fue tal, la democracia o lo poco que se logró instaurar de ese sistema se logró mediante el presidencialismo, mediante el caudillismo, ¿Qué era Rómulo frente a Uslar? ¿Qué fue Carlos Andrés? Caudillos que promovieron la institucionalización y la despersonalización del poder, ese es el trabajo a futuro, ese debe ser el liderazgo de las décadas que vienen, sujetos que establezcan una conexión empática con su pueblo, que se identifiquen con él, que se mezclen, que estén a la altura de él pero que atiendan a los reclamos de su tiempo, a las necesidades que le exige la evolución histórica de su nación.
¿Cómo no iban a derivar los partidos en personalismos y presidencialismos? Es la composición genética del pueblo venezolano; no se puede ignorar esa realidad, golpearse contra la piedra indolente de la lamentación no es más que perder el tiempo frente a un régimen de gobierno interesado en seguir acentuando esa realidad venezolana y no en ir corrigiéndola de manera pedagógica y orientadora. Cierro la respuesta con la enorme preocupación de no haber arreglado el entuerto de Rey, como lo hizo Bonassera con Santino.
Respuesta 3.
Este planteamiento bien podría responderse con una sola frase, “Enfermedad Holandesa” está entrando a la república una cantidad de dinero que no es producto del trabajo, ni de la riqueza imponible, si no producto de la providencia, eso encarece los productos elaborados en el país, fortalece la moneda lo cual la hace menos capaz frente a monedas débiles que facilitan las exportaciones de sus productos, ¿Cómo resolvió este problema el país petrolero de Noruega? No toca ese dinero, lo deposita en fondos de inversiones, no permite que ese dinero afecte su estabilidad económica producto del trabajo y los recursos imponibles, pero en Venezuela no podemos darnos ese lujo frente al mar de necesidades urgentes e importantes que tenemos. ¿Soluciones? Se han propuesto, la más loable la de Uslar, invertir ese dinero, esa renta, en desarrollar otros sectores de la vida económica del país.
Esa renta nos produce los problemas antes mencionados y nos hace creer a los venezolanos que nacimos con el derecho innato de disfrutar de unas riquezas que tenemos por ser venezolanos, unas riquezas sobrevaloradas.
Frente al inmenso problema que esa estructura rentista representa, es imposible que el Estado Venezolano haga un voto de pobreza cual San Francisco de Asís, y ceda a los privados esos recursos colectivos, la propuesta de Uslar también se hace un tanto peligrosa ¿Quién administra esos recursos y bajo qué criterio los administra? ¿Quiénes deciden qué sector desarrollar y bajo qué intereses? ¿Cómo asegurarse a ciencia cierta si los recursos asignados son destinados propiamente al desarrollo del país? ¿Cómo enfrentar la posibilidad de que haya de nuevo 12 apóstoles traidores? Es un tema que se debe revisar, parece que estamos destinados al modelo rentista por los momentos, hay que empeñar esfuerzos cognitivos para llegar a un método práctico de cómo zafarnos de ese método que impide nuestro desarrollo.
Abrir los mercados es un error y de los más graves, ya se saben los riesgos inmensos que se corren con esta maniobra, “Capitales Golondrinas” “Franjas de Desarrollo (desarrollo disparejo e injusto de la colectividad)” “Evasión de Impuestos con la facilidad que brinda la globalización de transferencia de capitales” entre otros riesgos. Las formulas neoliberales no son la solución.
Respuesta 4.
La critica fundamental al sistema democrático fue su anquilosamiento, y su falta de renovación, la COPRE es una demostración de que el sistema si trataba de renovarse, de actualizarse, de autorevisarse y autocorregirse, que esa intención no tuvo éxito fue otra cosa, sectores de Izquierda, de Derecha, Caldera, incluso académicos y notables, jugando a la antipolítica no lo permitieron.
Carlos Andrés en una entrevista que le hicieran en el 98, admite que su segunda presidencia fue un error, que el debió promover liderazgos jóvenes, y argumenta que el Gran Viraje iba a resolver los problemas de anquilosamiento y atraso, sin embargo, eso no fue posible.
Con todo esto quiero decir que el sistema democrático contaba con los recursos y las intenciones para su renovación; la descentralización política que Rómulo Betancourt advierte como peligrosa en su libro política y petróleo para su época, ya para el 89 no es peligro alguno para un sistema que presenta signos de estabilidad; la descentralización se retrasó desde el 84 por miedo a la debilidad del gobierno central frente a la adjudicación del poder regional; sin embargo, Carlos Andrés materializa esa intención de la COPRE, algunos argumentan que fue una medida populista, lo cierto es que era una demanda del sistema y desde el gobierno central a desmedro de éste se satisfizo esa demanda.
Si desde el 58, se venía apostando a la despersonalización del poder, a la institucionalidad, entonces la descentralización es cónsona con esa meta que se propuso el sistema democrático, después de adquirido ese derecho los ciudadanos venezolanos no han renunciado hoy inclusive en medio de este sistema democrático comicial-autocrático, al igual que no ha renunciado a su derecho al sufragio, fue una conquista, un derecho adquirido, un cambio permanente dentro del sistema.

El primer correo
Estimado alumno, Carlos González, titular de la Cédula de   Identidad 19.736.376, estudiante de la escuela de Estudios Liberales; en virtud de que la profesora Nancy Requena interpuso una queja en virtud de los hechos acaecidos en la oportunidad de realizar su examen parcial en su materia, lo convocamos a fin de ser escuchado por la Comisión de Integridad Universitaria el día viernes 16 de enero de 2015, a las 12 horas del mediodía, al aula 12 del edificio EMG, y pueda manifestar todo lo que considere procedente.

Atentamente,
Prof. Liliana Vaudo
Coordinadora Comisión de Integridad Universitaria


La Reflexión
Lástima que no conservo los planteamientos que a todas luces, eran enrevesados como sugiero en mi respuesta, si pudiera retroceder el tiempo, suprimiría algunos comentarios que no hacían falta, pero lo haría con el mismo ímpetu y la misma indignación traducida en frases sentenciosas y en ocasiones fuertes; no me arrepiento porque fui coherente, por esas páginas se me catalogó de lesionador, por esas páginas se llevaron juicios a cabo en el recinto universitario, por esas páginas que se sostienen por sí solas, por esos argumentos irrefutables, preocupados y venezolanos, se me censuró de manera delicada e institucionalizada.
Hoy más que nunca estoy convencido que cualquier gobierno que arribe el poder en Venezuela, debe sin prórrogas y de manera urgente llevar a cabo la justa y necesaria reforma universitaria con el espíritu de los que Hugo Biagini Catalogó como  los primeros románticos, refiriéndose a la reforma universitaria de Córdoba que se hizo viral en los primeros años del siglo XX.

El mismo Biagini señala en su libro

Salvando distancias, no costaría mucho parangonar tales demandas (Las de la reforma universitaria de Córdoba) con las objeciones anticolonialistas formuladas en proclamas como la que redactó clandestinamente el joven Monteagudo contra el yugo español y para los "valerosos habitantes" de La Paz, a quienes exhortaba a establecer un nuevo sistema de gobierno basado en los intereses nacionales:

Hasta aquí — se lamentaba Monteagudo—
hemos tolerado una especie de destierro
en el seno mismo de nuestra patria.

Es así, la universidad en nuestro propio país nos ha estado entrenando para menospreciarlo, para pernoctar en él pero no vivirlo, para llamar a su arte artesanía, para llamar a sus cantantes cantores, para llamar a sus artistas artesanos, para que se nos caiga la baba ante Picasso pero tengamos en menos a Rengifo; para hacer risible cualquier intento autónomo, para mirar hacia al norte o hacia Europa lo bueno, lo plausible, lo que es digno de estudio e imitación, para mirar allá lo que debemos imitar, para soslayar los intentos endógenos, para debatirlos, reducirlos, para con la artillería de occidente acabar con todo lo propio Venezolano, eso no puede seguir permitiéndose en nuestro país y con la reforma debemos servir de ejemplo para América Latina toda.  

Un extracto del manifiesto cordobés da en el punto que deseo resaltar:  
“Larga es la serie de esas creaciones postizas, que, o no arraigan en nuestra tierra o experimentan una degeneración criolla que las convierte en caricatura de sus originales.”

Eso pensaban aquellos argentinos a principios del siglo XX, eso expresé en mi trabajo, por criticar eso me sancionaron, más de cien años después en Latinoamérica no hemos podido solventar este problema, entonces el siglo XXI al menos en Venezuela, ese problema, deberá y porque sí, ser resuelto sin reparos.

Mariátegui (1928) en una crítica al movimiento universitario iniciado en Córdoba cita a Mariano Hurtado de Mendoza:

La Reforma Universitaria –escribe– es antes que nada y por sobre todo, un fenómeno social que resulta de otro más general y extenso, producido a consecuencia del grado de desarrollo económico de nuestra sociedad. Fuera entonces error estudiarla únicamente bajo la faz universitaria, como problema de renovación del gobierno de la Universidad o bajo la faz pedagógica, como ensayo de aplicación de nuevos métodos de investigación en la adquisición de la cultura.

Advierte en esta cita que antes de la Reforma debe disponerse de un clima propicio que haga del cambio un hecho estable y duradero; el estado, gobernantes y gobernados, deben procurar un clima cultural que asimile el cambio, debe inocular un deseo en todos y cada uno de los ciudadanos de admirar lo propio y darle el valor que merece.

Cada cátedra, puede ser reescrita con conocimientos propios, Jhon Stuart Mill bien puede ser sustituido por Juan Germán Roscio, y los que sean insustituibles deben ser examinados por la óptica de algún venezolano que se haya dispuesto a su estudio. Uslar puede hablarnos más y mejor del sistema político venezolano que Almond y Powell.

El estado debe habilitar la ciudad para que pueda ser vivida por sus ciudadanos, museos, bibliotecas, teatros, parques, plazas, estadios, ¿bares inclusive por qué no? Y todo espacio que refuerce la cultura debe ser habilitado, rehabilitado, debe dársele la mayor de las promociones, deben ocupar un sitial importante en el presupuesto nacional.

Así la reforma universitaria será un hecho, y dejaremos de buscar afuera lo que tenemos en nuestro país, y los países que antes y ahora admiramos para establecernos serán destinos admirados sólo para el turismo, porque nuestro país tendrá las condiciones propias para hacernos sentir orgulloso de él y que se disipe el funesto deseo de abandonarlo, la universidad después de la reforma nos educará para admirarlo y trabajar por él en toda su dimensión, será el triunfo verdadero de lo propio venezolano.






                                        
                                         



@cgsubero

CarlosGSubero@gmail.com

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