Carlos
Subero
“Es una crítica sostenida al sistema
universitario mediante una selección de trabajos y apuntes durante mi estadía
en la universidad metropolitana, ordenados cronológicamente y apoyados en citas
de personalidades latinoamericanas, hasta
llegar al trabajo por el cual me denunciaron y por el cual la universidad me
catalogó como “lesionador de la
integridad universitaria”.
Algunas
Precisiones Personales
Pocas personas sabían de esto, apenas mi
familia más cercana, un buen amigo y yo estamos al tanto y mucho medité en
escribir sobre ello; en mi casa la noticia no cayó bien y hasta ahora ha sido
un secreto bien guardado, el que yo haya sido denunciado enturbia la tradición
universitaria familiar que se ha graduado en tiempos récords y sin mayores
inconvenientes; mamá no lo dice pero le incomoda sobremanera la noticia y me
pidió que no comentara nada a ciertas personas que ella considera no deben
saberlo.
Con este artículo decidí romper la promesa,
porque como le dije a mamá no fui denunciado e invitado a salirme de la
universidad por un hecho inmoral ni mucho menos por atentar contra los
principios o buenas costumbres de esta sociedad universitaria, de hecho esa
sanción es una bandera más que me inspira a seguir en este camino que decidí
con plena autonomía y conciencia tomar, el más agreste y mal pagado de otros
que pude haber elegido.
En pocas palabras no tengo nada de qué
avergonzarme, vergüenza deberían sentir aquellos que se dieron a la tarea de
montarme tan inesperada emboscada, y no exagero cuando la catalogo así; ¿Qué si
me defendí? ¿Qué hice después? Aunque parezca insólito nada en lo absoluto, para
cuando tomaron la decisión unilateral ya no era parte de la universidad, puesto
que casualmente no había inscrito ese trimestre Enero-Marzo de 2015, para poder
asistir al curso de la Escuela Latinoamericana de la Universidad Complutense de
Madrid del cual recibí una beca de alojamiento y comidas que me dispuse a
aprovechar, además del interés mío de conocer Buenos Aires.
En mi familia hay dos abogados, mi hermano y
mi madre, los dos me ofrecieron sus servicios for free para pelear la
situación y revertir la sanción, además de exigir disculpas por parte de la
profesora y las autoridades universitarias involucradas en esta agresión en
contra de mi persona, en mi casa se prendieron las alarmas y yo las apagué;
discutí largo con mamá y con papá en la sala de nuestra casa y en horas de la
noche la situación, presiones iban y venían, siempre con palabras de ánimo,
ellos sintieron y estoy seguro de ello, la sanción más que yo, les dolió, les afectó más que a mí y no podían entender
mi displicencia y mi serenidad; no se lo explicaban.
Varias frases sentenciosas recuerdo que
utilicé para convencerlos de dejar eso así, una de ellas extraída del léxico
infinito y popular de la abuela “No sentí la patada sino el burro que me la dio”
“déjalos, ellos son los que quedan mal” “No te preocupes mamá, ya veré dónde
termino mi carrera” “Ya he pasado últimamente por cosas peores en esa
universidad” “No perdimos el dinero viejo, de muchas cosas me sirvió la estadía
ahí, créeme” “Tranquila mamá, salí con estilo” (por esta última frase recibí
una pequeña palmada en mi cabeza, especie de lo que denominamos los Venezolanos
coquito
por parte de mi hermana mayor, que se encontraba escuchando todo) “Soy el
hombre de las dificultades mamá” (Aquí terminaron mis frases sentenciosas con
una frase de mamá del mismo corte “¡No seas ridículo!”).
En este ejercicio de sinceridad, debo
confesar que nunca ignoré que yo era un personaje incómodo dentro de la
universidad, desde mi ingreso; y esa incomodidad fue creciendo a medida que fui
haciéndolo yo; mi manera de redactar muy típica desde el bachillerato, mis
intervenciones en clases, mis apuestas constantes por vislumbrar ideas que no
eran requeridas en las pruebas pero que sentía debía colocar para ser coherente
conmigo mismo so pena de perder nota por ello; mis citas de personajes
execrados de la universidad como Martí, Mariátegui, Gramsci, Rómulo Betancourt,
Allende entre muchos otros, mi esfuerzo por demostrar independencia cognitiva;
e inclusive, por qué no decirlo, durante el emprendimiento político que llevé a
cabo en la universidad en 2014 y que describo en detalle en mi anterior escrito
Crónicas de un Estudiante Inadvertido,
siempre le recordé y reconocí a mis compañeros de lucha que “Yo no era
representativo de la masa universitaria de la metropolitana” (La cual tiene
unos rasgos muy particulares) palabras más palabras menos que mi color de piel
iba a ser un obstáculo si me ponía yo al frente de nuestros planes y acciones,
en todo momento lo consideré sin reservas ni complejos, pero nunca contemplé
que esa incomodidad iba a materializarse algún día de manera tan clara y
directa como sucedió.
El trabajo en cuestión lo he leído mil veces,
fue el último que presenté como estudiante de la universidad metropolitana y es
el que más me hace sentir orgulloso; es impecable, modestia aparte y no
constituye en ningún momento un ataque personal o una predisposición hacia
quien lo dirigí, para mí es el broche de oro que cierra un lustro sostenido de
críticas al sistema universitario y para demostrarlo dedicaré estas páginas.
Advertencia
al lector
La selección debo destacar fue cuidadosa y
metódica, jamás imaginé estar en esta situación pero por alguna razón durante
todo este tiempo guardé mis trabajos académicos, en físico y digitales, muchos
de ellos tienen notas y comentarios de profesores, la ventaja de esto, es que
en todos aparece fecha, nombre del profesor y tema a tratar; me valdré de ello para demostrar que no fue
un ataque personal como se intentó hacer ver en los juicios universitarios a
los cuales fui invitado y no asistí por encontrarme en Buenos Aires haciendo el
referido curso, pero de los cuales tuve un parte por tener allí una persona que
me conoce y que sabe bien que soy incapaz de lesionar la integridad del recinto
universitario, sino por el contrario fue el empellón final de una crítica que
venía esgrimiendo de manera tímida.
El trabajo lo colocaré íntegro tal cual lo
entregué a la profesora Nancy Requena quien fuera la demandante, incluso lo
colocaré con unos errores de tipeo que no advertí al momento de
la entrega para no perder detalle alguno, lo haré para que quien lea este escrito
evalúe el trabajo y considere si era digno o no de ser denunciado e invitado
a salir de mi casa de estudio, de la cual nunca planeé retirarme sin mi
merecido reconocimiento.
El presente no sólo contemplará las citas de
mis trabajos y apuntes sino irá acompañado de citas de autores que han
criticado el sistema universitario y con los cuales coincido plenamente, eso
quiere decir que como mis otros artículos necesariamente me extenderé en el
tratamiento del tema; incluirá además la correspondencia por correo de las
autoridades que me notificaron la denuncia, la solicitud de que asistiese al juicio
universitario entre otras cuestiones. Trataré en la medida de lo posible de
colocar dos o tres citas mías por año académico a partir de 2011 que es el año
en el cual salí de la fase introductoria de la carrera y empecé a elaborar
trabajos de un nivel de exigencia mayor, ello por hacer un esfuerzo y acotar en
la medida de lo posible el escrito para hacerlo más digerible.
Vaya qué
ironía
Se me sanciona a mí que tengo un record de
horas continuas en la biblioteca de esa universidad y no en el cafetín o en la
feria de comida como el 90% de los alumnos de la universidad, a mí que las
únicas llamadas de atención que recibí eran las de la bibliotecaria por pasarme
del plazo establecido para la entrega de los libros que me llevaba a casa, se
me sanciona a mí que llevé al trote de la carrera un estudio personal de manera
autodidacta e iba alimentando mis estudios universitarios con éstos otros, se
me sanciona a mí que molestaba a profesores preguntándoles dudas personales que
creía ellos podían resolverme, se me sanciona a mí que para estudiar para un
examen me ahogaba en libros y fuentes primarias sin limitarme al internet o a
la guía del profesor (a propósito de esto, recuerdo haber aplazado varias
pruebas por quedarme prendado con algún libro que descubrí y haber descuido los
pertinentes para el parcial), se me sanciona a mí que impulsé un proyecto
concreto de reivindicación estudiantil y no promoví futbol-tenis, ni beer-pong,
ni videojuegos, ni cervezadas ni todas esas estupideces que se vieron en la
campaña estudiantil de un año tan grave como el 2014, se me sanciona a mí que
he tenido por único vicio dentro de la universidad desviarme hacia la sala de
humanidades dentro de mi horario regular
de clases mientras otros que conozco de vista y trato practican dentro de la
universidad los vicios más despreciables como el consumo de drogas entre otros,
se me sanciona a mí y aquí debo citar a Moderatto (2006) “Si mi delito es
Rockear, me declaro culpable mi amor” por el delito de haber pensado un poco
más, de haberme atrevido un tanto, de haber llamado las cosas por su nombre, de
haber escrito verdades sin remedos.
Y a este punto no me queda sino citar a
Galeano (1998) recién fallecido QEPD
El mundo al revés premia al revés: desprecia
la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta
el canibalismo. Sus maestros calumnian la naturaleza: la injusticia, dicen, es
la ley natural.
Palabras a la medida que describen el hecho
inefable de castigar a un alumno por pensar; según Lasalle decir verdad es hacer revolución, capaz no me he dado cuenta hasta
ahora y soy un revolucionario en el buen sentido de tan abusada palabra, lo
cierto es que la profesora a la cual dirigí mi trabajo despertó en mi el deseo
de hablar claro de una vez por todas, su actitud de pedantería académica
menospreciando en el salón todo lo que no concordase con su pensamiento
cuadriculado y del pasado, defensora a ultranza de un status quo fracasado, de
una democracia liberal que idealizó, de un imaginario venezolano que ella
inventó, admiradora sin remedio de cuanto concepto haya sido engendrado o al
menos bautizado en Norteamérica o Europa; ella representaba un desprecio
profundo por lo nacional verdadero, y un desdén casi inveterado por la utopía,
el sueño o la esperanza.
Juro que no albergaba ni lo hago ahora
resentimiento alguno en su contra, de hecho para cuando inscribí la materia por
segunda vez, porque la primera había aplazado por no asistir y dedicarme a las
justas de ese febrero inolvidable, estaba emocionado; el recuerdo que tenía de
ella para el momento de inscribir la materia era muy sentido; puesto que fue la
profesora y hay testigos de ello, que me animó en plena clase a que
materializara el plan que venía discutiendo con mis compañeros de clases, de
tomar el poder y concientizar al estudiantado en las luchas de ese entonces; me
dijo y hay quienes pueden corroborarlo “Lánzate, pásales por encima, que esos
son unos inútiles, si se van a quedar de manos cruzadas, actúa, no lo pienses”
refiriéndose al centro de estudiantes de entonces, además me dio razones de
sobra para actuar, despotricando en plena clase y reitero hay testigos de ello,
de las autoridades universitarias, el análisis que hacía en el momento era
maravilloso, de cómo “Un reciclado de la Simón sin mayores méritos como
Sharifker” había arribado al cargo de rector, de cómo el departamento de
humanidades se encontraba bajo la tutela de unas “mujeres pasionales con
formaciones escuálidas en artes y costura” y nombro a tanta gente de
facultades, escuelas y departamentos, que ya se me han olvidado sus nombres y
sus resúmenes biográficos, tanto así que apodamos después de esa clase a Nancy
como “La profe revolucionaria” y contábamos con ella inclusive para que
estuviese dentro de la comisión evaluadora de las elecciones estudiantiles.
Muchos de los compañeros que estábamos en esa
clase de principios del 2014 deben recordar aquello que describo, descosió a
todo el mundo, y nosotros lo tomamos como un signo de rebeldía y ello nos
atrajo; inclusive, debo confesar acá que cuando recién comenzaba yo a dar
clases en el colegio dónde trabajo, quién me orientó en la bibliografía para
dar mi materia de sociología fue ella, recomendándome a Ely Chinoy y lo
conseguí usado en la Marrón, y me contó en ese momento que precisamente ella se
había animado a estudiar sociología por su profesor del bachillerato, además me
animó felicitándome por mi primer trabajo formal, y me auguró éxitos.
Por ello me había emocionado al inscribir esa
materia que había aplazado con ella; era una manera de reencontrarme varios
meses después, había planeado incluso mostrarle algunos escritos míos y que me
diera su opinión; había planeado invitarla un café en la universidad y contarle
como devino todo después de que me aupó en mis planes aquella vez; pero desde
un primer momento advertí un cambio de actitud para conmigo, fueron varias las
señales que me dieron a entender que algo había cambiado; realmente no sé el
motivo de su cambio, si fue porque le hablaron mal de mí, si ella vio mi
desenvolvimiento y se decepcionó o si le
tiene fobia a los perdedores, porque en eso me convertí por lo momentos dentro
de la universidad y frente a mis adversarios; las razones no las conozco pero
enfiló baterías durante el trimestre para hacerme sentir mal e incómodo en
clases con comentarios sugerentes y mal intencionados que iban hacia mí; citando
a Torrealba y su cancionero popular que me llegó de la mano de Hugo Chávez
“Yo soy como el espinito, que en la sabana florea, le doy aroma al que
pasa y espino al que me menea”, en pocas palabras ella me pellizcó y yo venía
ya con ganas de llorar.
En mi récord universitario siempre quedará su
huella, un fatídico 05 precisamente en una materia que lleva por nombre
“Sistema Político Venezolano”, vaya que paradoja, un sistema que siento, que he
estudiado, al cual desde mis capacidades nada prominentes le he buscado
soluciones, en el cual he participado activamente, un sistema que amo con todo
y sus particularidades, que he aprendido a entender cada vez más, un sistema
mal tratado, mal interpretado, un sistema del cual me sé hasta sus recovecos
más impredecibles y sobre el cual me he atrevido a escribir en varias
oportunidades, para regocijo de la profesora en cuestión, me duele esa nota y
más en esa materia.
Ha sido lo mío, un esfuerzo sostenido, un
descubrimiento de las pieles más profundas del estudio desinteresado, sin
inmediateces, sin dobles intenciones, he advertido que la universidad son dos
manos fuertes que te sujetan de las mejillas, que te sacuden con fuerza frente
al letargo o a la somnolencia que produce la alienación en todas sus fases pero
esa acción no es de gratis o al menos no muestra señales de desprendimiento,
tiene un costo y es que en Venezuela y en la Latinoamérica toda, esas manos te
sujetan con fuerza y elevan la mejilla del estudiantado para mirar hacia el
norte o hacia Europa, y cuando se intenta mirar a otro lado se recibe de ellas
una palmada suave que te hace corregir el rumbo de la mirada y si se insiste en
voltear la mirada, y con convicción se logra ver otras cosas, te reprenden con una fuerte
cachetada, con una agresión que escarmiente a quién haya cometido la osadía de
virar un tanto la mirada.
Tienen
razón, sí lesioné la integridad universitaria
Es cierto ahora lo he entendido todo, si es
cierto que he lesionado la integridad universitaria, lesioné la integridad de
un sistema antiético, deshumanizado, volé el cerrojo de esa gran puerta que
protege la fábrica mal llamada universidad, la fábrica de seres anquilosados,
que prefieren vivir al día que vivir el día, conocedores del metro pero de
ultramar, tan ajenos a la ciudad dónde viven, conocen todos los museos de Washington,
de Madrid, de Miami pero desprecian Bellas Artes, o el de las ciencias; los más
cultos se habrán jactado de visitar la Biblioteca del Congreso, pero la
nacional ni de broma.
La capacidad o los méritos no son ya
distintivos que enorgullezcan a nadie dentro del recinto universitario, el
alumnado se distingue de otros y encuentra a sus pares no por afinidades a un
área del conocimiento u otra, sino por las marcas: Apple, Hollister, Columbia,
Toyota, Gopro, Polo, Vans entre otras son agentes asociativos que agrupan a
estos sujetos ajenos a sí mismos y a la realidad que los circunda, el país no
es sino uno cuantos islotes dónde no se ven los más, los feos, los resentidos y por tanto peligrosos: La Gran
Sabana, algunas partes de Margarita, Algunos Clubes, El sitio nocturno de moda
y el centro comercial (El que se halle más apartado de todo) en fin el mejor
sitio para compartir es el virtual, allí sienten una libertad y un desenvolvimiento
que no demuestran en persona, hay códigos y palabras ya universales entre estos
seres enajenados que describo.
El párrafo anterior me hace susceptible de
ser catalogado de “Resentido”, “Chavista”, “Sin Dientes”, “Chusma” en fin
cuanto calificativo pueda generar este sector que sabe bien defender su mundo
amurallado y lleno de blindajes y cámaras; se llenan de cosas materiales para
después estar llenos de miedo, y por ello el estacionamiento de la universidad
se encuentra infestado de escoltas y sobran los vehículos blindados, glosando a
Galeano viven para el dinero y son tratados como dinero.
Gracias al
derrame de mi obrero abuelo, al trabajo deslomado de mis padres y al mío
propio, al metódico e incomparable trabajo privado que desempeñó la abuela;
tuve en la universidad y tengo ahora la oportunidad de ser una valla ambulante,
de sumarme al ya generalizado estilo de vida universitario dónde la biblioteca
se visita en la víspera del más temido parcial y cualquier mesa sirve de
plataforma para cuadrar la rumba del viernes, me siento libre porque no he sido un hombre
sin opciones, por el contrario y con humildad lo digo, las he tenido pocas pero
las he tenido, y entre ellas he escogido la más humana y la que más me surte
paz; la opción de hablar con verdades, de vivir mi ciudad, de ir al centro
comercial pero también ir al Teresa Carreño, la opción de apreciar los
acueductos de Segovia pero valorar también las escaleras del Calvario, la
opción de visitar la Almudena pero condolerme por el mal estado que se
encuentra Santa Capilla, he tenido la opción de apreciar una obra en el
Cervantes de Buenos Aires pero también disfrutar una obra en el Municipal o el
majestuoso Nacional, he ido a LeClub y al siguiente día me he levantado bien
temprano a abordar a los camioneros que descargan la mercancía en Quinta Crespo
para comprar las cosas más frescas y a mejores precios, no desprecio lo propio Venezolano ni siento
reticencia alguna por lo Latinoamericano por más que la universidad me lo
sugirió y en ocasiones me obligó a sentir eso.
Es el
sistema, no los profesores
No quiero hacer pagar aquí a justos por
pecadores, en esta predica que pudiera sonar quejumbrosa, socialistoide, un tanto agresiva o incómoda por el tratamiento que
le doy a la verdad que intento vislumbrar; porque a decir verdad la universidad
venezolana y creo también la latinoamericana cuenta en su haber con profesores
de alcances estelares, por suerte, he establecido amistad con muchos de ellos, con
los cuales comparto mis escritos, los cuales me corrigen, me saludan, me
animan, y me critican con sinceridad y cariño impar; profesores que han hecho
un voto de pobreza cual San Francisco de Asís y le dedican horas hombre a este
trabajo mal pagado y mal remunerado, sé lo hacen de manera desinteresada y
preocupada por ayudar a la sociedad toda; los veo como gigantes, que se
desprenden de cualquier ambición para con sus fueros alimentar la conciencia de
muchos de nosotros, he tratado salvando las distancias de emularlos a ellos.
Embajadores que con su sabiduría y lo vivido
podrían ir a reposar en sus logros ya obtenidos, pero van al aula a enseñar, y
sin interés alguno en lo material repito, por lo ridículo de los sueldos que
devengan los docentes universitarios; Investigadores, Escritores que bien
podrían vivir de las regalías de sus trabajos, van con paciencia decimonónica a
dar lecciones, a trabajar en las conciencias aún dormidas, y así muchos otros
que dedican su vida a este trabajo desvalorado, silente y heroico; pero el
sistema, el sistema, el sistema no permite materializar estas idealizaciones y
esfuerzos sostenidos, el sistema debe reformarse.
En fin la universidad está fabricando seres
virtuales, aislados, presos, y los pocos intelectuales que fabrica están ya
tarifados, tienen un precio y dispuestos al servicio de un consorcio, empresa o
medio de comunicación que sirve intereses foráneos, colocarse la bata blanca en
la UCV son credenciales suficientes para emigrar a EEUU, Canadá, Australia o
Europa; ser ingeniero prominente te habilita para trabajarle a Repsol,
Petrobras o cuanta empresa petrolera se encuentre fuera del país, las humanidades también por incomprensible que
parezca tienen el mismo destino, ir al palacio de las academias a seguir allí
arguyendo el status quo, o escribir artículos de pocas líneas, interesados, con
patente de corso y halados por la inmediatez, la reflexión del hecho, del
momento ¿Qué más puede hacerse? Todo cuanto implique servicio, todo cuanto
implique tutelaje, todo cuanto contribuya al bienestar de cualquier parte del
mundo menos de Venezuela o América Latina, todo cuanto te inserte en la escala
de salarios y te vaya elevando cada vez más.
La universidad no forma para crear ni para
producir, en fin no forma, tan sólo entrena para que te insertes en la carrera
de los 100 metros planos, en la carrera de velocidad que implica la obtención
del mayor número de bienes en la menor cantidad de tiempo ¿La meta? Carro del
año, Tv de pantalla ancha, Casa con jardín, garaje, parrilla y perro ¿Quién lo
logra? La mayoría muere en el intento, y por ello las mayorías en este sistema están
frustradas y ante la insoportable realidad que acusa el “fracaso” viene todo
cuanto pueda sustraer de esa insoportable situación: drogas, alcohol,
delincuencia (para obtener por la vía rápida las promesas del capitalismo
desbordado que ofrece a diario con la publicidad pero que niega también a
diario en la realidad), en fin todo lo que pueda sustraer al hombre de sí
mismo, de la fatídica realidad de no alcanzar el generalizado e idealizado
“éxito”; en algún libro leí unas palabras de Rómulo después de haber sido
presidente, dando unas palabras a universitarios en una casa de estudio de
Europa, y les hacía el llamado preocupado de experimentar otras emociones y
situaciones de la vida que fueran precisamente distintas a las que
describo en este acápite, e insistía en que la vida consistía en algo más,
que había emociones dignas de experimentar que no se relacionaban en nada con
el concepto masificado de éxito.
Yo no soy dado a las idealizaciones, a las
utopías y siempre he creído que los sueños deben ir acompañados de
factibilidad; por ello el problema que he descrito no lo veo irrealizable, ni
creo que haya de emprenderse un proyecto de magnitudes galácticas para resolver
el drama de la juventud alienada, de las conciencias empeñadas y de las metas
mal planteadas; son problemas de posible solución, una buena política de
estado, que oriente la opinión, que se ocupe de promover en nuestro país un
cordón profiláctico (Betancourt R.), que no permita o al menos filtre
el ataque agresivo de naciones interesadas en abrir mercados a ultranza en
nuestro país sin importarles nuestra integridad cultural, social o económica;
que se cree otra alternativa de vida más sana, más frugal, más comedida, más
honesta, más humana, que desde el poder con austeridad se dé el ejemplo, pero también más atractiva y llamativa, frente
al concesionario repleto de vehículos de último modelo un sistema de transporte
envidiable, de los mejores, que lleve puerta a puerta al ciudadano que debe
darse cuenta que el transporte no es cosa particular sino necesidad pública,
frente al centro comercial un centro de ocio y recreación bien atractivo, que
permita el esparcimiento sano de la sociedad, que asocie a todos por igual, no
un reducto de gentes pobres que van a parar un terraplén en ocasiones verde a
vegetar, sino buenos centros que estimulen la convivencia sin mayores gastos y
así de manera planificada el estímulo de una vida que mis abuelos bien me
contaron que vivían.
El
maquillaje de la verdad
Yo lesioné la integridad de la universidad, es una
forma bien acomodada de decir que ataqué el status quo, sólo que como diría
Galeano no está bien visto ante la opinión pública sancionar a un
alumno por tal motivo, dejaría a la casa de estudio como intolerante,
inquisidora, cerrada, susceptible y dada a la censura; suena mejor dejarme a mí
algo así como un delincuente. Reza el siguiente extracto, cómo suele el sistema
imperante maquillar las cosas como lo ha hecho en esta oportunidad mi antigua
casa de estudio:
En la época
victoriana, no se podían mencionar los pantalones en presencia de una señorita.
Hoy por hoy, no queda bien decir ciertas
cosas en presencia de la opinión pública:
El
capitalismo luce el nombre artístico de economía de mercado;
El
imperialismo se llama globalización;
Las víctimas
del imperialismo se llaman países en vías de desarrollo, que es como llamar
niños a los enanos;
El
oportunismo se llama pragmatismo;
La traición
se llama realismo;
Los pobres
se llaman carentes, o carenciados, o personas de escasos recursos;
La expulsión
de los niños pobres por el sistema educativo se conoce bajo el nombre de
deserción escolar;
El derecho
del patrón a despedir al obrero sin indemnización ni explicación se llama
flexibilización del mercado laboral;
El lenguaje
oficial reconoce los derechos de las mujeres, entre los derechos de las
minorías, como si la mitad masculina de la humanidad fuera la mayoría;
En lugar de
dictadura militar, se dice proceso;
Las torturas
se llaman apremios ilegales, o también presiones físicas y psicológicas;
Cuando los
ladrones son de buena familia, no son ladrones, sino cleptómanos;
El saqueo de
los fondos públicos por los políticos corruptos responde al nombre de enriquecimiento
ilícito;
Se llaman
accidentes los crímenes que cometen los automóviles;
Para decir
ciegos, se dice no videntes;
Un negro es
un hombre de color;
Donde dice
larga y penosa enfermedad, debe leerse cáncer o sida…
Debo agregar a tan humorística comparación de
Galeano:
Dónde un
alumno se dispone a hablar con la verdad dentro de su casa de estudio, se le llama lesionador de la integridad
universitaria.
Y así puedo proseguir con tan acertada
precisión de este Latinoamericano, expulsado de las universidades de “buen
nombre de Latinoamérica”.
¿Qué deseo yo de la universidad? Vendrá para
ello Allende en mi auxilio:
Hoy, las universidades de la patria que se anticiparon en la
inquietud de los sectores populares, tienen conciencia de que no puede haber universidades
amorfas, universidades al margen del proceso social, tienen que ser, y serán,
universidades comprometidas con los problemas del pueblo y con los cambios
estructurales que el pueblo reclama; universidades cuyas experiencias
científicas y cuyos avances tecnológicos tienen que estar íntimamente
vinculados a los procesos del desarrollo
nacional en los campos regionales a lo largo de toda nuestra patria.
Coincido plenamente con su discurso, aunque
quizás me hubiese ahorrado las palabras de “pueblo” “patria”, pero este
esclarecido y mártir suramericano no analizó el problema universitario desde el
punto de vista chileno sino latinoamericano todo, es un problema regional, y un
gobierno venezolano debe ocuparse de ello. Debemos desprendernos de la lógica
norteamericana, que ataca Libia por que según está subyugada por una dictadura
inefable y dispone millones de dólares para ello, mientras en ese justo momento
en el cuerno de África morían 500 personas diarias, víctimas de la sequía más
infernal que azotaba esa zona en mucho tiempo ¡por un demonio! El dinero que se
le pagó a los mercenarios, o el de los fusiles, o el de las armas químicas pudo
haberse llevado en agua potable para esas gentes sedientas, morir de sed debe
ser la peor tortura que puede existir para un humano. Debemos en las
universidades de manera urgente aprender a establecer prioridades.
¿Qué hacen los ingenieros aprendiendo de
losas y soportes para rascacielos o superestructuras en Venezuela? ¿Es momento
de construir rascacielos? ¿O es momento de enfocar los esfuerzos en construir
viviendas baratas, amigables con el ambiente, de materiales que puedan producirse
en el país? ¿Es momento de tragarse la pesada novela del Dante? ¿Es justo que
el niño que vive en la costa aragüeña de Chuao esté abatido por el calor de su
aula “aprendiéndose” las cuatro leyes del lejano Newton? ¿O es preciso que se
disponga a ver qué rayos hace con el cacao que le abunda cerca? Establezcamos
prioridades en el sistema educativo venezolano y veremos avances como nunca los
hemos visto.
Los trabajos escogidos
·
En Marzo de
2011, en un trabajo que solicitara la Profesora Beatriz Rodríguez, en su
materia “Introducción a la Sociología” le señalé lo siguiente:
“Sin embargo, llama mi atención, desde mi
condición de estudiante y mi casi total ignorancia en esta área tan compleja
¿Por qué en la enseñanza de estos conocimientos no cabría el análisis de
personajes latinoamericanos? que si bien no han sintetizado una teoría
tangible, han llevado empresas que han transformado una sociedad en su
estructura y si bien no asentaron sus acciones en papel, los hechos fueron
ostensibles y merecedores de análisis; digo esto porque contribuiría a una
formación más nacionalista si se quiere, o más cerca de nuestras raíces que han
echado frutos que han servido de ejemplo mundial”
A lo cual me colocó una nota estupenda, muy
característica de una persona abierta, entusiasta, creyente y consciente como
lo es mi tan querida profesora:
“Me has dado una idea para diseñar alguna
materia especial, quizás “Pensamiento Sociológico Venezolano, Gracias y Suerte”
Hermoso su comentario, tomar en cuenta la
opinión de un adolescente, sustraerse de pompas y rangos, bajar hasta dónde
estaba yo y darme el valor agregado de sugerirme que podía modificar su
formación y emprender algo por sugerencia mía.
·
En Abril de
2011, en un trabajo que solicitara el profesor Rogelio Pérez Perdomo, en la
materia introducción al derecho, la cual cursé porque me atraía la idea de
cursar las dos carreras conjuntas, expresé lo siguiente de manera textual:
“El estado debe proteger al más débil sí,
pero para ello debe robustecerse para poder enfrentarse a los que abusan de su
poder, en Venezuela no sobreviviría un sistema inglés jamás”
Contaba con 19 años, y con la ingenuidad
propia de esa edad; me animé en dar mi opinión porque en el momento la creí
oportuna, el profesor famoso por dar clases en Harvard 6 meses y otros 6 meses en Venezuela, colocó en mi
trabajo lo siguiente:
“Es un trabajo panfletario y demodé”, “Debes
apoyarte en autores para expresar esas opiniones”
Me quedé con estudios liberales nada más por
advertir cierta rigidez en los estudios de derecho y quienes los dictaban.
·
En Abril de
2012 en una clase magistral (Por condición y Halago) de Omar Noria apunté en un
cuaderno de manera rápida y casi inelegible lo siguiente:
“Plastón (Copio de manera textual, ese
sobrenombre que puse de manera humorística y un tanto falta de respeto para con
un personaje tan grande como éste) diría que la virtud debe ser la divisa de
quién se disponga a Gobernar a Venezuela y Maquiavelo el cálculo”
En todas sus clases trataba de colocar notas
que relacionasen esos contenidos de teoría política clásica con la situación en
Venezuela, él lo hacía fácil porque siempre nos facilitaba ejemplos con su
esclarecido, impecable y lectivo discurso.
·
En Mayo de
2012 en otra de sus clases, coloqué en un trabajo lo que sigue:
“Diría yo como un agregado filosófico
volvemos al infinito con Platón cada vez que en un aula discutimos y ponemos en
la mesa ideas que se suponen hoy deberían estar claras y entendidas como
justicia, libertad, entre muchas otras.”
Recibí de su parte un comentario que aprecio
hasta hoy en día “Buen intento Carlos. Aprecio tu esfuerzo intelectual. Hay
palabras que escribes incorrectamente. Insistiría en que busques palabras más
corrientes del lenguaje”
Lo tomé como debía tomarlo, con humildad y he
tratado sin mucho éxito seguir su consejo que sé fue de buena fe y con
preocupación por mi crecimiento académico.
·
En Enero
2013 en una clase del eminente filósofo distinguido profesor Rafael Acosta, coloqué
lo siguiente:
“Me he
permitido esta licencia, porque como hemos insistido en clases de filosofía, es
el reino de la libertad, y aun cuando la rigurosidad académica me indica que
debo hablar del texto de Pablo Martínez, me siento también en la obligación de aportar
esto que he planteado”
No me colocó
ningún comentario, pero estampó un 20 que me sugirió compartía mi opinión;
además de su trato cercano que siempre nos animaba a hablar sin posturas, debo
confesar que el párrafo que excusé con esa frase, era demás de enredado y
rebuscado, hoy tiempo después no entiendo lo que quise decir en él.
·
En Octubre
2013, en otra de sus materias expresé lo siguiente en un ensayo que solicitó:
“En mi
opinión, la postmodernidad es un cuchillo tan dúctil que no puede penetrar la
fruta hasta llegar a su semilla, y que de intentarlo se rompería, entonces se
entretiene pelando la fruta y hurgando en su capas más superficiales, incapaz
de llegar a lo concreto”
Me respondió
con el acostumbrado 20, sugiriéndome al igual que en ocasiones pasadas su total
agrado, un hombre de pocas palabras, igualmente admirable.
·
En Noviembre
2013, le colocaba en un trabajo a Guillermo Aveledo Jr. lo siguiente:
“Un estado fuerte en el arbitrio y débil en
la injerencia era imposible en la Venezuela de entonces, y no lo digo yo,
aunque bien podría decirlo, lo dice el mismo Fermín Toro, el cual está más
acreditado para responder este trabajo, cuando dice que el estado debe
necesariamente encargarse de la economía, de la política y debe proteger al
débil de los excesos del fuerte”
Al lado de la frase me respondió y de manera
casi inelegible ¿Acaso no está más acreditado?, fue un molestia que supe
disfrazar dentro del parcial, antes del mismo nos advirtió hasta el cansancio que no le interesaba leer allí nuestra
opinión, tan sólo la de los personajes en cuestión.
Me colocó 16, 4 puntos menos por la afrenta
de que un pardo sin fueros cuestionase los créditos de tan reconocido blanco
criollo; lo asumí así por sus repetidas precisiones raciales en la materia Pensamiento
Político-Económico de Venezuela.
·
En noviembre
de ese mismo año, realizaba yo un trabajo de mi gran profesor Fernando Gerbasi,
en el cual le colocaba lo siguiente:
“De ello
estaba consciente Rómulo Betancourt, con la misma perspicacia que advirtió en
su juventud, en los años 30, que a la sociedad Venezolana le hacía falta
organización, en los años de exilio advirtió que la política Venezolana era
condicionada sin dudas por el petróleo, así había advertido que la democracia
Venezolana se encontraba seriamente amenazada por facciones internas, pero que
podían cobrar mayor fuerza por las amenazas externas que financiaban y apoyaban
con actitud injerente, contraviniendo normas del acta constitutiva de la OEA”
Me colocó un
20, y al entregarme en parcial con una sonrisa me dijo “Ya vi que eres Adeco”,
a lo cual le respondí: “era profe, pero algo queda”. A partir de allí
establecimos una buena amistad hasta hoy en día, admirable persona que teniendo
de verdad con qué marcar distancia, no lo hace sino que se muestra cercano y abierto.
Así hay
muchísimos trabajos más de los cuales recibí buenas y malas críticas, pero que
no coloco por respeto a mis escasos lectores y a su capacidad de aguante al
revisar mis extensos escritos llenos de anécdotas personales; coloqué los que
creí más pertinente para demostrar que el siguiente trabajo no fue un arranque
de rabieta personal, ni nada parecido, sino fue un trabajo en el cual decidí
hablar algo con sinceridad que antes venía sugiriendo de manera tímida, con
estas selecciones demuestro que fui realmente coherente conmigo mismo, en 5
años de carrera, y que voy a seguirlo siendo.
El trabajo en cuestión
A continuación textual y de manera concreta el trabajo sancionado,
no apto para cardíacos ni para personas susceptibles a la verdad, favor leer
con discreción y sin la presencia de niños sin sus padres o representantes:
FACULTAD
DE HUMANIDADES
ESCUELA
DE ESTUDIOS LIBERALES
SISTEMA
POLÍTICO VENEZOLANO
PROFA.
NANCY REQUENA
NOMBRE: CARLOS GONZÁLEZ
SUBERO
NRO. CARNET: 20101110121
ADVERTENCIA AL LECTOR:
“No son opiniones expresadas en una reunión de
cafetería” no puedo hacerme de la vista gorda frente a esta frase tan pedante e
irresponsable y más viniendo de un profesor universitario; es desestimar de
entrada y sin reparos el valor agregado que un estudiante pudiese darle al
trabajo con conocimientos propios y rectas opiniones que tanto hacen falta en
el tratamiento de los temas venezolanos actualmente.
Si no se puede opinar, cabe la pregunta ¿Para qué
diablos estamos estudiando? Si nuestra opinión no genera o aporta valor a un
trabajo académico.
El conocimiento teórico que deberíamos adquirir
en su materia está mal seleccionado, son reflexiones o fuentes bien alejadas
del SISTEMA POLÍTICO VENEZOLANO. Las pamplinadas de Almond y Powell no van a
responder mejor que un estudiante venezolano a la hora de analizar el sistema
político.
El llamado repetido a la COHERENCIA es una ofensa
más que se vislumbra en las instrucciones de este morboso parcial; el llamado
se hace suponiendo que nosotros sus estudiantes somos dados a escribir
incoherencias; por ello voy a atender al llamado y voy a ser coherente pero
conmigo mismo no con las parrafadas de
la costosa guía y los libros que tuve que comprar pero que nunca leí por el
currículum de sus autores y por la desazón y el desinterés tremendo que me
inoculó la forma en la que usted da su materia: bien primaria, tutelada,
cuadriculada, propia de escuelita de pueblo, dónde el único criterio meritorio
es el del maestro que fue a formarse a la capital frente a la masa ignara de
sus estudiantes.
No puedo responder este parcial apoyándome en las
muletas importadas de estos autores, no puedo responder estas preguntas tan
sensibles para mí, apoyado en el criterio tarifado de Juan Carlos Rey, el
doctor. Me niego porque voy a ser coherente conmigo mismo, si las universidades
venezolanas están dispuestas a seguir fabricando empleados borregos, yo no me
voy a prestar para esa mal formación del sistema. Lo que más me indigna es que
usted con el mayor de los desparpajos reconoce esta situación cuando hace el
llamado a la coherencia y cuando nos manda a ceñirnos al conocimiento
prefabricado porque advierte que el conocimiento propio no es suficiente para
enfrentar una situación difícil como la que promueve su parcial.
Entiendo también que el hecho de que varios
estudiantes aplacemos su materia le produce un gozo enorme y refuerza su concepto
monacal de la educación; para usted mientras más aplazados mejor educadora es,
y más créditos le da frente a sus superiores y a fines; el hecho de hacerle ver
al estudiante que es un incapaz y que no está apto para sortear el difícil
obstáculo que usted representa debe ser una satisfacción excitante.
Lo cierto es que esa especialidad que pretende
adjudicarse no es sino una falla en el sistema universitario venezolano;
plagado de nortecentrismo, eurocentrismo, falta de promoción de la autonomía
del pensamiento, desvenezolanización del conocimiento, desprecio profundo por
el conocimiento original y macerado en las aulas, es una falla que debe revisarse
y corregirse, expulsando a profesores y autoridades que le hacen un daño
terrible al sistema educativo venezolano.
Viene al caso un ejemplo reciente y bien
ilustrador, febrero 2014 en Venezuela, dónde la “Voz Sensata” de Capriles como
usted le llamo, alienó el pensamiento de los estudiantes universitarios o de
los dirigentes al menos; éstos tuvieron que empeñar su cerebro al partido o
líder más próximo para poder pensar y actuar, mientras que lo correcto hubiese
sido que la universidad hubiese parido desde su interioridad en una sinergia de
profesores y alumnos: soluciones propias, universitarias, académicas, pero
¿Cómo iba a hacerlo? Si no somos capaces sino de citar y hablar apoyados en
conocimientos ajenos a nosotros, estamos acostumbrados a ser unos viles
compiladores de conocimientos importados.
He allí la ventaja del régimen de gobierno actual
frente a nosotros, sí es cierto su proyecto es un disparate teórico y práctico,
pero es un disparate sui generis original que se yergue más sólido que el débil
conocimiento importado ajeno de los universitarios que deben salir corriendo
después de titulado al norte o a europa a seguir haciendo lo que hemos venido
haciendo en nuestra casa de estudio, sirviendo al conocimiento foráneo.
Voy a disponerme a responder el parcial, voy a
responderlo con los conocimientos que he adquirido hasta ahora, no con sus
lecturas que ya confesé no me leí; la cultura no se improvisa y el que no me
haya leído esas parrafadas no me hace incapaz de responder este enrevesado
parcial.
Respuesta
1.
Relacionar el estado de bienestar que generaron
las incipientes democracias latinoamericanas con el pensamiento Keynesiano, es
un atrevimiento, porque este pensamiento se refiere más a democracias de orden
social que de orden liberal; si se observan democracias como las brasileras o
la vuelta democrática uruguaya influenciadas por el “consenso de Washington”
esa afirmación pierde vigor, sin embargo, partiendo de esa débil afirmación
podemos decir que ciertamente la democracia tiene unos prerrequisitos para su
instauración.
El gobierno democrático se concibe nacido de una
deliberación colectiva dónde necesariamente hubo promesas y proyectos, además
se haya comprometido por la idea de hacer cumplir los acuerdos suscritos en el
pacto social llamado constitución, para poder cumplir con todo esto se necesita
disponer de unos medios, económicos que permitan materializar todas las
promesas del orden democrático, si una nación se halla sumida en la pobreza y
la inestabilidad económica es una realidad imperante, entonces el sistema
democrático no puede cumplir con sus promesas, entonces se hace ilegitimo,
débil y por ende susceptible frente a promesas mesiánicas de orden autoritario.
Este problema fue advertido por Latinoamérica e
incluso por los Estados Unidos, la Alianza para el Progreso trató sin éxito de
promover un desarrollo en todo el hemisferio precisamente para que pudiera
pervivir el sistema democrático en Latinoamérica; ese mega crédito continental
pretendía desarrollar a los países al estilo del Plan Marshall, y erradicar la
pobreza y la inestabilidad económica para que la democracia como sistema
pudiese ser una realidad permanente en todo el hemisferio.
Respuesta
2.
Juan Carlos, el doctor; no ha revisado bien la
historia de Venezuela, se ve que sus argumentos son propios de una persona que
ostenta un conocimiento que deriva de lecturas incompletas o mal escogidas;
debe leerse en orden los copiosos tomos de Francisco González Guinán, o los
apuntes de historia colonial de Iragorry, o un compendio de historia de
Venezuela completa y conexa, no esos preceptos capsulados que hacen de su
entrevista un disparate. Voy a tratar y espero esa sea la intención del
planteamiento, de ayudar a Juan Carlos Rey a mejorar su intervención, de
maquillarla a fines de hacerla ascender a un nivel más académico.
Rómulo Betancourt, efectivamente sí era un caudillo, la pipa en ristre y el sombrero
gardeliano, no era sino un elemento diferenciador de los líderes de aquel
entonces, él advirtió la necesidad de establecer una conexión especial con su
pueblo, la oratoria plagada de adjetivos y los recursos populares que éste
utilizaba no eran sino intentos permanentes por identificarse con el pueblo
venezolano y éste entendió el mensaje y el llamado folklórico que hacía Rómulo
día a día.
Como diría Martí, (hombre execrado de la academia
venezolana, quizás por encontrar mayores beneficios en Powell y Almond, en
algún Harvardriano de tesis doctorales made
in USA (válgame el anglicismo)) un
verdadero líder debe estar a la altura de su tiempo y a la altura de su pueblo,
Rómulo lo advirtió, aun y cuando sabía que a Venezuela le hacía falta un
proceso de institucionalización y despersonalización del poder, también sabía
con su cabal conocimiento del pueblo Venezolano que sólo siendo un caudillo
podía lograrlo, un caudillo que promueva la despersonalización del poder.
Lo que hay que explicarle a Rey, es que una
republica no es, lo que debió haber sido ni lo que debería de ser, es lo que
es, y de lo contrario Platón y su república; un político y un teórico político
debe disponerse a trabajar con la realidad y buscarle soluciones, el
presidencialismo y la personalización del poder es parte de la genética
republicana; desde los tiempos de Isabel y Fernando, desde el cacicato de
Baruta o Guacaipuro siempre en estos territorios se ha atendido al liderazgo
personal, representativo, carismático, tratar de cambiar esto es tanto así como
convencer a los británicos de que su sistema apoyado en las cámaras de lores y
comunes no está bien y deben tornar su sistema al personalismo y
presidencialismo. Basta ya de importaciones, el personalismo no es malo si se
sabe llevar, es una realidad en Venezuela, sino pregúntesele a Vargas, a
Urbaneja, a Manuel Antonio Matos, a Uslar, pregúntesele a Caldera, a Fermín o
Salas, si no es una realidad en Venezuela.
Pasarán mil años y seguirá Capriles con sus
tratados y panfletos esperando a la transformación ciudadana producto de un
cambio de conciencia (cuestión ésta que
no procura él) promovido por el misionerismo al mejor estilo de los
testigos de Jehová y no va a lograrlo, estas actitudes no son sino falta de
conocimiento del pueblo Venezolano, falta de estudio, flojera. La actitud de
algunos académicos nostálgicos que añoran una vuelta a la institucionalidad por
métodos democráticos y cambios civiles de conciencia es una actitud
irresponsable, producto de una edad de oro idealizada que no fue tal, la
democracia o lo poco que se logró instaurar de ese sistema se logró mediante el
presidencialismo, mediante el caudillismo, ¿Qué era Rómulo frente a Uslar? ¿Qué
fue Carlos Andrés? Caudillos que promovieron la institucionalización y la
despersonalización del poder, ese es el trabajo a futuro, ese debe ser el
liderazgo de las décadas que vienen, sujetos que establezcan una conexión
empática con su pueblo, que se identifiquen con él, que se mezclen, que estén a
la altura de él pero que atiendan a los reclamos de su tiempo, a las
necesidades que le exige la evolución histórica de su nación.
¿Cómo no iban a derivar los partidos en
personalismos y presidencialismos? Es la composición genética del pueblo
venezolano; no se puede ignorar esa realidad, golpearse contra la piedra
indolente de la lamentación no es más que perder el tiempo frente a un régimen
de gobierno interesado en seguir acentuando esa realidad venezolana y no en ir
corrigiéndola de manera pedagógica y orientadora. Cierro la respuesta con la
enorme preocupación de no haber arreglado el entuerto de Rey, como lo hizo
Bonassera con Santino.
Respuesta
3.
Este planteamiento bien podría responderse con
una sola frase, “Enfermedad Holandesa” está entrando a la república una
cantidad de dinero que no es producto del trabajo, ni de la riqueza imponible,
si no producto de la providencia, eso encarece los productos elaborados en el
país, fortalece la moneda lo cual la hace menos capaz frente a monedas débiles
que facilitan las exportaciones de sus productos, ¿Cómo resolvió este problema
el país petrolero de Noruega? No toca ese dinero, lo deposita en fondos de
inversiones, no permite que ese dinero afecte su estabilidad económica producto
del trabajo y los recursos imponibles, pero en Venezuela no podemos darnos ese
lujo frente al mar de necesidades urgentes e importantes que tenemos. ¿Soluciones?
Se han propuesto, la más loable la de Uslar, invertir ese dinero, esa renta, en
desarrollar otros sectores de la vida económica del país.
Esa renta nos produce los problemas antes
mencionados y nos hace creer a los venezolanos que nacimos con el derecho
innato de disfrutar de unas riquezas que tenemos por ser venezolanos, unas
riquezas sobrevaloradas.
Frente al inmenso problema que esa estructura
rentista representa, es imposible que el Estado Venezolano haga un voto de
pobreza cual San Francisco de Asís, y ceda a los privados esos recursos
colectivos, la propuesta de Uslar también se hace un tanto peligrosa ¿Quién
administra esos recursos y bajo qué criterio los administra? ¿Quiénes deciden
qué sector desarrollar y bajo qué intereses? ¿Cómo asegurarse a ciencia cierta
si los recursos asignados son destinados propiamente al desarrollo del país?
¿Cómo enfrentar la posibilidad de que haya de nuevo 12 apóstoles traidores? Es un tema que se debe revisar, parece que
estamos destinados al modelo rentista por los momentos, hay que empeñar
esfuerzos cognitivos para llegar a un método práctico de cómo zafarnos de ese
método que impide nuestro desarrollo.
Abrir los mercados es un error y de los más
graves, ya se saben los riesgos inmensos que se corren con esta maniobra,
“Capitales Golondrinas” “Franjas de Desarrollo (desarrollo disparejo e injusto
de la colectividad)” “Evasión de Impuestos con la facilidad que brinda la
globalización de transferencia de capitales” entre otros riesgos. Las formulas
neoliberales no son la solución.
Respuesta
4.
La critica fundamental al sistema democrático fue
su anquilosamiento, y su falta de renovación, la COPRE es una demostración de
que el sistema si trataba de renovarse, de actualizarse, de autorevisarse y
autocorregirse, que esa intención no tuvo éxito fue otra cosa, sectores de
Izquierda, de Derecha, Caldera, incluso académicos y notables, jugando a la
antipolítica no lo permitieron.
Carlos Andrés en una entrevista que le hicieran
en el 98, admite que su segunda presidencia fue un error, que el debió promover
liderazgos jóvenes, y argumenta que el Gran Viraje iba a resolver los problemas
de anquilosamiento y atraso, sin embargo, eso no fue posible.
Con todo esto quiero decir que el sistema
democrático contaba con los recursos y las intenciones para su renovación; la
descentralización política que Rómulo Betancourt advierte como peligrosa en su
libro política y petróleo para su época, ya para el 89 no es peligro alguno
para un sistema que presenta signos de estabilidad; la descentralización se
retrasó desde el 84 por miedo a la debilidad del gobierno central frente a la
adjudicación del poder regional; sin embargo, Carlos Andrés materializa esa
intención de la COPRE, algunos argumentan que fue una medida populista, lo
cierto es que era una demanda del sistema y desde el gobierno central a
desmedro de éste se satisfizo esa demanda.
Si desde el 58, se venía apostando a la
despersonalización del poder, a la institucionalidad, entonces la
descentralización es cónsona con esa meta que se propuso el sistema
democrático, después de adquirido ese derecho los ciudadanos venezolanos no han
renunciado hoy inclusive en medio de este sistema democrático
comicial-autocrático, al igual que no ha renunciado a su derecho al sufragio, fue
una conquista, un derecho adquirido, un cambio permanente dentro del sistema.
El primer correo
Estimado
alumno, Carlos González, titular de la Cédula de Identidad 19.736.376, estudiante de la
escuela de Estudios Liberales; en virtud de que la profesora Nancy Requena
interpuso una queja en virtud de los hechos acaecidos en la oportunidad de
realizar su examen parcial en su materia, lo convocamos a fin de ser escuchado
por la Comisión de Integridad Universitaria el día viernes 16 de enero de 2015,
a las 12 horas del mediodía, al aula 12 del edificio EMG, y pueda manifestar
todo lo que considere procedente.
Atentamente,
Prof. Liliana Vaudo
Coordinadora Comisión de Integridad
Universitaria
La Reflexión
Lástima que no conservo los planteamientos que a todas luces, eran
enrevesados como sugiero en mi respuesta, si pudiera retroceder el tiempo, suprimiría
algunos comentarios que no hacían falta, pero lo haría con el mismo ímpetu y la
misma indignación traducida en frases sentenciosas y en ocasiones fuertes; no
me arrepiento porque fui coherente, por esas páginas se me catalogó de
lesionador, por esas páginas se llevaron juicios a cabo en el recinto
universitario, por esas páginas que se sostienen por sí solas, por esos
argumentos irrefutables, preocupados y venezolanos, se me censuró de manera
delicada e institucionalizada.
Hoy
más que nunca estoy convencido que cualquier gobierno que arribe el poder en
Venezuela, debe sin prórrogas y de manera urgente llevar a cabo la justa y
necesaria reforma universitaria con el espíritu de los que Hugo Biagini
Catalogó como los primeros románticos, refiriéndose
a la reforma universitaria de Córdoba que se hizo viral en los primeros años
del siglo XX.
El
mismo Biagini señala en su libro
Salvando
distancias, no costaría mucho parangonar tales demandas (Las de la reforma universitaria de Córdoba) con las objeciones
anticolonialistas formuladas en proclamas como la que redactó clandestinamente
el joven Monteagudo contra el yugo español y para los "valerosos
habitantes" de La Paz, a quienes exhortaba a establecer un nuevo sistema
de gobierno basado en los intereses nacionales:
Hasta aquí — se lamentaba Monteagudo—
hemos tolerado una especie de destierro
en el seno mismo de nuestra patria.
Es así, la universidad en nuestro propio país nos ha
estado entrenando para menospreciarlo, para pernoctar en él pero no vivirlo, para llamar a su arte artesanía,
para llamar a sus cantantes cantores, para llamar a sus artistas artesanos,
para que se nos caiga la baba ante Picasso pero tengamos en menos a Rengifo;
para hacer risible cualquier intento autónomo, para mirar hacia al norte o
hacia Europa lo bueno, lo plausible, lo que es digno de estudio e imitación,
para mirar allá lo que debemos imitar, para soslayar los intentos endógenos,
para debatirlos, reducirlos, para con la artillería de occidente acabar con
todo lo propio Venezolano, eso no puede seguir permitiéndose en nuestro país y con
la reforma debemos servir de ejemplo para América Latina toda.
Un extracto del manifiesto cordobés da en el
punto que deseo resaltar:
“Larga es la serie de esas creaciones postizas, que, o no arraigan en
nuestra tierra o experimentan una degeneración criolla que las convierte en caricatura
de sus originales.”
Eso pensaban aquellos argentinos a principios del
siglo XX, eso expresé en mi trabajo, por criticar eso me sancionaron, más de
cien años después en Latinoamérica no hemos podido solventar este problema,
entonces el siglo XXI al menos en Venezuela, ese problema, deberá y porque sí,
ser resuelto sin reparos.
Mariátegui (1928) en una crítica al movimiento universitario
iniciado en Córdoba cita a Mariano Hurtado de Mendoza:
La Reforma Universitaria –escribe– es
antes que nada y por sobre todo, un fenómeno social que resulta de otro más
general y extenso, producido a consecuencia del grado de desarrollo económico
de nuestra sociedad. Fuera entonces error estudiarla únicamente bajo la faz
universitaria, como problema de renovación del gobierno de la Universidad o
bajo la faz pedagógica, como ensayo de aplicación de nuevos métodos de
investigación en la adquisición de la cultura.
Advierte en esta cita que antes de la Reforma debe
disponerse de un clima propicio que haga del cambio un hecho estable y
duradero; el estado, gobernantes y gobernados, deben procurar un clima cultural
que asimile el cambio, debe inocular un deseo en todos y cada uno de los
ciudadanos de admirar lo propio y darle el valor que merece.
Cada cátedra, puede ser reescrita con conocimientos
propios, Jhon Stuart Mill bien puede ser sustituido por Juan Germán Roscio, y
los que sean insustituibles deben ser examinados por la óptica de algún venezolano
que se haya dispuesto a su estudio. Uslar puede hablarnos más y mejor del
sistema político venezolano que Almond y Powell.
El estado debe habilitar la ciudad para que pueda
ser vivida por sus ciudadanos, museos, bibliotecas, teatros, parques, plazas, estadios,
¿bares inclusive por qué no? Y todo espacio que refuerce la cultura debe ser
habilitado, rehabilitado, debe dársele la mayor de las promociones, deben
ocupar un sitial importante en el presupuesto nacional.
Así la reforma universitaria será un hecho, y
dejaremos de buscar afuera lo que tenemos en nuestro país, y los países que
antes y ahora admiramos para establecernos serán destinos admirados sólo para
el turismo, porque nuestro país tendrá las condiciones propias para hacernos
sentir orgulloso de él y que se disipe el funesto deseo de abandonarlo, la
universidad después de la reforma nos educará para admirarlo y trabajar por él
en toda su dimensión, será el triunfo verdadero de lo propio venezolano.
@cgsubero
CarlosGSubero@gmail.com
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