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Tony Montana. Agosto 2015.

Tony Montana

Carlos Subero “Se trata del día en que Tony decidió mudarse a Caracas, el día en el que descubrió la tierra prometida y fue feliz no sabemos si para siempre”

Advertencia
Si no sabe mi lector quién es Tony Montana, le pido que antes se informe de este increíble personaje, leyendo una reseña ilustrativa o viendo la película dónde cobra vida.  
Un día iba bajando con mi padre en su Renault, él manejaba, íbamos a cumplir con la rutina de los domingos, a abonar fidelidad a nuestras repetitivas acciones del séptimo día; el carro agarró velocidad pues íbamos de bajada por el cerro “Alto Prado” y pasando el parquecito advertí una quinta del único lado en el que hay quintas; mi cabeza giró y sin mi permiso; el movimiento fue involuntario.
¿Qué vi? Unos automóviles que todos desearíamos; porque a decir verdad mi generación y las circundantes estamos infectados de la transculturización del norte y sus derivados del Caribe, que lance la primera piedra quien esté libre de este pecado (Cristo, SF).
Todos jadeamos ante una hamburguesa doble con queso y tocineta; todos pegamos un brinco cuando Rocky derribó a Drago en Rusia, ninguno de nosotros recurre al sancocho como excusa para reunirnos con amigos, y muchos sufrimos de las caderas por bailar reggaetón en los tiempos de colegio; los viernes no se nos ocurre ir a replicar las fiestas de Elorza con joropo, sino que buscamos un merengue rápido que nos dé la oportunidad de pegarnos bien a la pareja en cuestión.
Aclarado esto, los carros que vi, son difícil de encontrar todos juntos incluso en un país desarrollado, se hallaban apostados a las afueras de una casa, en microsegundos me sentí al volante de cada uno de ellos; me imaginé en la Range Rover 2015 blanca llegando a una Playa concurrida; me imaginé en el Mercedes SCL 2015 Blanco acelerando a fondo en la autopista; me imaginé en ese Mustang 2015 con un buen traje llegando de noche a un restaurant bien caché; todo, todo en microsegundos.
Después del momento en que quedé yerto, papá me dijo interrumpiéndome:
-          Ve a ver cómo vas a hacer con el perro, ya esa perrarina está muy cara y Apolo es tu responsabilidad.
Un balde de agua fría a la cara que me volvió en sí
 Y le dije:
-Pá ¿quién vivirá ahí? Debe ser Tony Montana
 Ahora entienden el leitmotiv de este escrito.



Venezuela, un lugar propicio
Esa es ahora la Venezuela que vivimos, un país de excesos, un país de oasis, de riquezas escasas pero muy considerables; de aguas frías y potables en medio de un desierto insoportable.
Recuerdo unas palabras del Supremo en cadena nacional cuando dijo que estaba indignado, porque había ido a Prados del Este a visitar a un amigo (siendo presidente) y había visto en las casas, en todas más de dos carros, sentenció “eso se tiene que acabar, viven en una casa 4 personas y hay 5 carros” “Es la cultura del capitalismo” “Los excesos de la burguesía” y por esos días restringió la importación de carros de una cilindrada mayor a 4 cilindros.
Pensó que con la medida, las personas tomarían conciencia, adecuarían el presupuesto a sus necesidades reales; adquirirían un razonamiento superior de un plumazo y por decreto de que no deben sobredimensionar sus requerimientos y deben con equidad socialista darse para sí justo lo que necesitan.
Pues, hay que decirle que eso no pasó, que ante la escasez imperante la mayoría de los venezolanos están más ávido, más hambrientos y dispuestos a hacer lo que sea para conseguir lo que ambicionan; que ahora ambicionan más porque que los medios de comunicación ahora más que antes bombardean a los venezolanos desde niños con un materialismo yankee desbordado, que la música incita a todo menos a la mesura y que ahora el ciudadano (eso por halagar) ante la escasez lo que ha hecho es prestarse a maneras atroces de conseguir lo que anhela; hay que decirle al que todo lo comandó que los suyos, los que gritan “Chávez vive” son ahora los que ostentan lujosos vehículos y que se protegen con numerosos escoltas porque saben que lo que tienen no es producto de nada lícito.
Tony desde su dispendioso despacho observó la situación en Caracas, vio que el gobierno no fastidia a esta gente, vio que el gobierno castiga a los débiles, a los clase media y protege a los de su tipo, vio que en Venezuela el ejercito promueve todas las actividades que condena Moisés en sus tablas y otras más nuevas, Mr. Montana se percató de que en Caracas le hacen loas a su país de origen y eso le llamó la atención.
Ya Tony estaba cansado de los federales que lo acosaban en EEUU, estaba cansado de la ley fastidiosa que le impide acumular capital, estaba al borde de que lo vieran como un cubano indeseable; entonces hizo unas llamadas y decidió mudarse de Miami a Caracas, en su avión privado.

Al fin, llegó
Al llegar a Maiquetía, díjole con su incomparable picardía al sobrecargo:
-Hello my little friend (mientras agitaba sus cachetes con emoción y ansiedad)
Trajo todo consigo inclusive sus reservas de drogas, sustancias responsables de sus riquezas; de inmediato advirtió tan astuto narco la escala de sobornos en Venezuela; advirtió que aquí todos deben comer, que es una regla de oro que no debe romperse si se quiere “vivir en paz”, por eso le dio a cada soldado en Maiquetía que le ayudó con el descargue de su mercancía 100$, después le dio 1000$ a cada escolta que le brindaba seguridad y con una llamada le dijo al general que le movió todo, que su transferencia de 80mil$ ya estaba hecha y le advirtió con júbilo que sería la primera de tantas.

Así Mr. Montana aseguraba su tranquilidad en tan agitada ciudad; se fue derecho a la Lagunita dónde con soberbia y un tabacote en ristre adquirió tremenda propiedad de 1100 mts. De construcción y 550 de terreno, cuando la agente de ventas le dijo el precio, Tony no podía creerlo, estaba sorprendido, pegó un brinco y le dijo en un cubano inglés:
- ¿Really?  This is not possible
Y sacó un maletín y le dijo a la afortunada agente:
-Lléveselo, todo en efectivo, ahí va un poco más dígale al Sr. Di Nino que fue un placer hacer negocios con él.
El antiguo dueño había sido un señor hijo de italianos, que guisó unos buenos contratos de construcción bajo el gobierno de Lusinchi y adquirió esa casa y otras tan dispendiosas como esa, casualmente vendía su inmueble para hacer el mismo recorrido que Mr. Montana pero al revés.

El precio para Tony era ridículo 300,000$ por una casa de esas dimensiones y con todas esas comodidades, en seguida le dijo al escolta:

-Vez, hice un buen negocio amigo, aquí el dinero va a rendir, en Miami me hubiesen quitado 2millones por algo así.

Empezó a acomodarse, puso un mapamundi en la sala, hecho de luces de halógeno que decía “The Word is Yours” y una alfombra roja a la entrada.

En seguida empezó a recorrer las zonas aleñadas a su nueva propiedad, y paró en Paseo El Hatillo, allí se compró un traje nuevo, unos lentes, comió y se compró un humidor todo por la módica suma de 500$ al cambio, volvió a decirle a su escolta:


-Amigo, esto es el cielo, todo esto me hubiese salido a más de 2000$
Sólo necesitaba revisar la aplicación de “Dólar Today” y la calculadora, con esas dos herramientas calculaba todo en esta tierra dónde todo era de regalo.

Hizo unas llamadas y el mismo general que arregló su entrada, le dijo que iba a presentarles a unos buenos amigos; en seguida Tony acudió a la cita en una hacienda parecida a la de un viejo amigo que visitó en Bolivia en los tiempos en los que trabajaba para su antiguo jefe Frank.

 En esa hacienda le aseguraron sus nuevas amistades entre buen ron, tabacos y arepitas dulces y saladas que Venezuela era un paraíso, que no debía preocuparse por nada, el tráfico lo garantizaban “los verdes”, el gobierno tenía excusas para todo lo que se descubriese ilícito y que además si algún negocio se caía quienes pagaban eran los de abajo, le advirtió que sus contactos en los cuerpos de policía especializada le avisaban cualquier irregularidad y que la policía normal no se metía en nada, pero les reiteraron a Tony que todos debían comer, unos en bolívares y otros en dólares.

A lo cual asintió en tercera persona:
-descuida amigo, Tony es generoso.

Tony le habló a un amigo de Miami contándole de su mudanza a Caracas y le dijo:

-Amigo debes venirte, esto es soñado; el gobierno no se mete en nuestros negocios más bien nos protege, además en la prensa culpan de nuestros desastres a los súbditos y castigan con políticas a los débiles, amigo aunque no me creas esto es lo que soñamos, ahorita andan limpiando el negocio, los de uniforme están acabando con las bandas y paramilitares que intentan tomar terreno en el negocio de ellos y todo hablando de leyes y revolución, estamos blindados aquí amigo.

Continuó diciéndole:

-Recién me ofrecieron una bienvenida en una isla que se llama la Orquilla, o no La Orquidia o La Orchila algo así, me dijeron que tendrían una casa vacacional para mí y mises a mi disposición, todo para recibirme amigo.

Tony volvió a su casa y ya tenía todo arreglado, dispendioso a su gusto. Ansioso por saber más del país que tantas oportunidades le brinda, habla con su chica de servicio contratada para agradar la vista de tan importante narco.

Le dijo con calculadora en mano:
-¿Cuánto ganabas antes de venir aquí a trabajar?

Y con miedo la muchacha contestó

-8000Bs. Sr. Tony

 A ver (se dispuso a hacer el cálculo en cuestión).

-Niña iba a pagarte demasiado, tenía pensado darte 1000$ pero si ganabas eso, te voy a dar 20$ nada más y créeme vas a salir ganando, haremos lo siguiente, cada vez que yo llegue del trabajo voy a lanzar monedas de dólar en ese pote, al final del mes ese va a ser tu sueldo, lo agarras cuando yo te diga y vas y lo cambias.

A lo cual asintió entre feliz y decepcionada la mucama:
-Por supuesto Sr. Montana

- Ok, ahora retírateme de aquí


Tony se sentó en su gran silla dorada, que emulaba la de algún rey medieval y la cual le quedaba gigante frente a su corta estatura, allí sentado con postura de un chico rebelde, mascando chicles en clases, pensaba en sus adentros

-Cómo puede ser posible que no descubrí este país antes
-La gente en vez de mirarme con desprecio por mis riquezas, me admiran
-Me ven como un ganador, como lo que eres Tony (decía para sí mismo).

Eso somos ahora…
¿Quién podía contradecirlo? Los adolescentes lo veían como ejemplo cada vez que se bajaba de su auto lujoso y dos escoltas atrás, los niños le aplaudían con las miradas, Tony sintió aquí en Caracas una atmosfera propicia para su ser, sentía que no había quien lo molestara y mejor aún que triunfaba aquí el más vivo, el más fuerte, todas cualidades suyas.
Tony leía las noticias, sediento por mimetizarse en su nuevo nido; veía cosas espantosas y se reía, pensaba:

-Estos venezolanos son locos, really crazys

Veía que la sociedad no se espantaba ante semejantes titulares “Amaneció calcinado y amordazado dentro de su casa” “apareció descuartizada dentro de su automóvil” “anciana pereció ante los golpes de asaltantes dentro de su vivienda” maquinaba ya los castigos que le infringiría a quienes le estorbaran el paso hacia su meta, hacerse dueño del mundo.

Tony recordó cuando su humilde madre le hablaba de Cristo, y veía que nada de eso se replicaba en Venezuela, por el contrario le llamó la atención la proliferación de venta de animales para sacrificio, el negocio de la santería, veía que era lucrativo y eso le animó a sumarse a esas prácticas, él quería protección divina, ya no confiaba en sus allegados y Cristo no le llamó nunca la atención, entonces de inmediato se sumó a esas prácticas espirituales que veía de pequeño en su país de origen.

Había sitios de comida y lugares nocturnos que iban bien con su ritmo de vida, carros del año y escoltas adornaban la fachada de todos esos lugares que tanto le gustaban, allí cocía negocios, amasaba dinero y enlazaba amistades, con clase y mucho estilo Caracas se convirtió en lo que siempre soñó.  

Así Tony encontró la tierra prometida, así fue modelo de “virtud” para todos cuanto lo miraban con ojos de admiración, Tony sabía que cosecharía grandes cosas en esta tierra de nadie, así fue feliz no sabemos si para siempre.



  
  



Carlosgsubero@gmail.com

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